Nueva York descubre una estrella
Jeremy Lin, un licenciado en económicas por Harvard, de origen taiwanés, desahuciado en Golden State y hasta ahora con un papel marginal, se erige de repente en la sensación de la NBA
Le han bastado tres partidos para pasar del anonimato a erigirse en la sensación de la NBA. Se llama Jeremy Lin. Tiene 23 años, es un licenciado en económicas por la Universidad de Harvard y el primer jugador estadounidense de origen taiwanés en la NBA. Base de 1,91 metros, hace solo cinco días era un jugador marginal, que apenas promediaba diez minutos en los escasos 40 partidos en los que había intervenido durante las dos últimas temporadas. La anterior estuvo en Golden State; esta milita en los New York Knicks. El día 4, Shumpert, el base novato y titular de los Knicks, no tuvo su día. Mike D'Antoni no quiso recurrir a Mike Bibby, un veterano para el que ya han pasado sus días de esplendor en la NBA, y echó mano de Lin. No le defraudó.
Con un desparpajo asombroso, Lin tomó las riendas del equipo y no se cortó un pelo a la hora de asumir responsabilidades. Fue el que más tiró a canasta, 19 veces, y concluyó con 25 puntos y 7 asistencias. Y los Knicks ganaron por 99-92 a New Jersey. Era solo el preludio de lo que sucedió dos días después, en el Madison Square Garden. Volvieron a ganar los Knicks por 99-88 a Utah y Lin, titular, concluyó con 28 puntos, 13 en el último cuarto, y 8 asistencias. Para encontrar un logro semejante entre los jugadores que se estrenaban como titulares, hay que remontarse a los tiempos de una estrella como Isaiah Thomas, en octubre de 1981.Y por si quedaba alguna duda de la volcánica erupción del nuevo ídolo, los Knicks han ganado la pasada madrugada su tercer partido consecutivo, en la cancha de Washington Wizards, por 93-107, con 23 puntos y 10 asistencias del nuevo fenómeno. Por supuesto, no han faltado claroscuros en sus actuaciones, como los 8 balones que perdió ante Utah o el 1 de 10 triples que suma en los tres partidos, pero sus virtudes y aciertos sobrepasan ampliamente cualquier tipo de duda. Su explosión de produce cuando más lo necesitaban los Knicks, que a sus malos resultados añadían la lesión de Carmelo Anthony y la ausencia de Amare Stoudemire, hundido por la muerte de su hermano Hazell, en un accidente de tráfico, el lunes, en Florida.
Lin no fue drafteado en su día y en este momento es el segundo jugador peor pagado en la plantilla de los Knicks, con un contrato, no garantizado hasta esta misma semana, de algo más de medio millón de euros. Por eso, por si los Knicks decidían prescindir de él, decidió vivir con su hermano, Josh, estudiante en la Unviersidad de Nueva York. De hecho había estado jugando en la Liga de Desarrollo, una especie de segunda división de la NBA. Hasta que D'Antoni, desesperado por la crisis de resultados y la escasez de jugadores dado que otro base experimentado, Baron Davis, ha recaído en una lesión y sigue sin poder ser utilizado, decidió repescar a Lin sin siquiera sospechar el espléndido rendimiento que ha sido capaz de ofrecer en los Knicks.
Lin, nacido en Palo Alto, hijo de una familia de emigrantes de Taiwan, ha tenido que buscarse la vida, deportivamente hablando, desde muy joven. Tras licenciarse en Harvard, participó en pruebas para ocho equipos y solo Golden State le ofreció un contrato. Pero apenas dispuso de minutos. "Todo el mundo se centra en mi origen asiático o en mi religión", cuenta Lin, "pero para mí lo más importante es que soy un jugador de baloncesto".
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