Un reto para gigantes

Pekín legó el deseo de una cita, de una revancha, de un regalo para cualquier aficionado al baloncesto: una segunda final consecutiva entre las dos selecciones que maravillaron entonces, las de Estados Unidos y España. Se trata de un duelo con ingredientes suculentos: la majestuosidad de Kobe Bryant, LeBron James, Dwyane Wade y Dwight Howard, a los que ahora se unirán Kevin Durant y Derrick Rose, entre otros. Frente a ellos, el espíritu indomable y la maravillosa armonía de la escuadra formada por los hermanos Gasol, Calderón, Rudy Fernández, Navarro, Ricky Rubio y compañía. Un pulso que podría equipararse con algunos de los más legendarios en este deporte, los que sostuvieron durante una larga época la URSS y Estados Unidos, la URSS y Yugoslavia, o los Lakers y los Celtics.

Pocas veces Estados Unidos envió a una competición internacional un ramillete de figuras como ahora se espera. Y cuando lo hizo, cuando Juan Antonio Samaranch abrió la espita del profesionalismo y la NBA irrumpió en la cita olímpica en 1992, juntó aquel inalcanzable equipo en Barcelona, el dream team de Magic, Jordan, Bird y compañía, y arrasó. En torneos posteriores Estados Unidos, la NBA, no compareció con los mejores.

Empezó a perder ascendente la selección estadounidense, incluso a perder algunos partidos y algún campeonato, como el Mundial de 2002 en Indianápolis que conquistó Yugoslavia, los Juegos Olímpicos de 2004 en Grecia en los que se coronó Argentina y el Mundial de 2006 en Japón, ganado por España. El declive prosiguió hasta que David Stern, el comisionado de la NBA, exigió de nuevo la presencia de las máximas estrellas en la selección. Cierto es que en el Mundial de Turquía, en 2010, faltaron varias, pero el equipo estadounidense, con Kevin Durant al frente, demostró una solvencia extraordinaria camino al oro.

Ahora se juntan grandes figuras que se coronaron en Pekín con los que ganaron el Mundial hace dos años. Por eso, el desafío de España es mayúsculo. En 2008 demostró que tiene derecho a soñar. Jugó un sensacional partido, uno de los más espectaculares en la historia de este deporte. Perdió por 118-107, pero tuvo opciones de triunfo hasta los últimos instantes. Nada que ver con aquella final olímpica que disputaron las mismas selecciones el 11 de agosto de 1984, cuando a los estadounidenses les bastaba con enviar un equipo universitario a los Juegos para demostrar que estaban en otra galaxia. Entonces, la selección del joven Michael Jordan venció a España por 96-65.

Durante el cuatrienio transcurrido desde Pekín, el equipo español ha cambiado de seleccionador, de Aíto García Reneses a Sergio Scariolo, y ha ganado dos veces el Eurobasket con una enorme superioridad sobre sus rivales. En el Mundial de 2010, en cambio, no pudo verse las caras con Estados Unidos. Sin Pau Gasol y sin Calderón, España perdió en los cuartos contra Serbia. Estados Unidos barrió con un equipo muy renovado y con figuras como Durant y Rose.

Por supuesto, esa ansiada final entre Estados Unidos y España puede ser una entelequia. Ambas selecciones tendrán que clasificarse para ella en un torneo en el que competirán Francia, la rival de España en la final del último Eurobasket, Argentina, Australia, Brasil, China, Gran Bretaña, Túnez y los tres clasificados del preolímpico que disputarán 12 selecciones del 2 al 8 de julio en Venezuela. En el torneo femenino no estará España, novena en el Europeo del año pasado.

La selección de Scariolo jugará contra Estados Unidos un amistoso en Barcelona una semana antes de los Juegos, el 20 de julio. Para entonces, los españoles ya habrán dirimido una temporada plagada de citas. Seis de ellos (Pau y Marc Gasol, Calderón, Rudy, Ricky e Ibaka) tratarán de llegar lo más lejos posible en una NBA marcada por el cierre patronal. En la Euroliga, la Final a Cuatro será esta vez en Estambul, del 11 al 13 de mayo. Eliminado de manera sorprendente el Caja Laboral, el Madrid y el Barcelona son los que cuentan con más opciones para disputar la corona con los clásicos dominadores del baloncesto europeo: CSKA de Moscú, Maccabi, Olympiacos y el campeón actual, el Panathinaikos.