Marco Ruben enseña el camino
El Villarreal, contagiado por la casta de su delantero, derrota a un tímido Sporting
Los tiempos que corren en el Villarreal no dan para sutilezas. Justo de tacto y fútbol, los jugadores dirigidos por Molina se aferran a la fe, al amor propio y a la pasión. Y tales atributos los posee Marco Ruben, un delantero tenaz, una pesadilla para los defensas contrarios, incansable siempre. No se entiende si no que, sin ser un prodigio de técnica, se enfrentara a cuatro defensas sportinguistas y los pusiera en evidencia. Se deshizo de dos por voluntad y de otros dos con un regate de espuela insospechado, para batir finalmente a Juan Pablo de tiro cruzado. El gol abrió el cielo al Villarreal antes de cumplirse el primer cuarto del segundo periodo, cuando el Sporting ideaba ir a por el partido. Dos minutos después del gol de Marco Ruben, llegó otro soberbio de Borja Valero, de nuevo el mejor de todos, tras un disparo lleno de rabia. Dos tantos y una metáfora de lo que hoy es el Villarreal.
VILLARREAL, 3; SPORTING, 0.
Villarreal: Diego López; Ángel, Gonzalo, Musacchio, Oriol; Bruno, Senna (Marchena, m. 89); Cani (Castellani, m. 70), Borja Valero, Joselu (Camuñas, m. 78); y Marco Ruben. No utilizados: César; Mario, Hernán Pérez y De Guzmán.
Sporting: Juan Pablo; Lora, Botía, Gregory, Canella; Eguren (Rivera, m. 61), Nacho Cases, André Castro (Bilic, m. 68); Nacho Novo (Trejo, m. 61), De las Cuevas y Barral. No utilizados: Cuéllar; Iván Hernández, Gálvez y Morán.
Goles: 1-0. M. 57. Marco Ruben, de tiro cruzado. 2-0. M. 59. Borja Valero, con un zurdazo desde lejos. 3-0. M. 91. Bruno.
Árbitro: Álvarez Izquierdo. Amonestó a Musacchio, Barral y Botía.
Unos 18.000 espectadores en El Madrigal.
Preciado entendía que, en la situación de ambos equipos, la angustia pesaría más en los locales, poco acostumbrados a navegar en aguas residuales. Salvo el ancla de Eguren, el once del Sporting tenía un aire distendido, con el ánimo más puesto en llevarse los tres puntos que en no perder el inicial. La teórica es un punto inicial que en ocasiones no concuerda con la práctica. De inicio, a pesar de los temores propios y de la pérdida de creatividad, de finura en el pase y de acierto en el remate final, el Villarreal gobernó el esférico a partir de sus mejores futbolistas, responsabilizados con su obligación. Senna, Cani y Borja Valero se ofrecían y pedían para sí la pelota.
El juego estaba en los pies del Villarreal más por intención que por ejecución. Con la justa elaboración, el gol amarillo se intuía que podía llegar por acoso y derribo. En dos ocasiones salvó Juan Pablo bajo palos dos remates de Joselu y Borja Valero a bocajarro en el primer acto que concluyó con un nuevo disparo de Borja Valero al que le sobraron varios centímetros. Ha perdido gol el Villarreal, que añora a Rossi, su Messi particular. Pero la baraja es la que hay y, de momento, Marco Ruben se encuentra acompañado en el ataque por Joselu, un pequeño delantero que un año atrás marcaba goles en Tercera.
Con el marcador igualado, el Sporting se encontraba vivo en el encuentro. La presión ejercida por sus jugadores de ataque al inicio del juego amarillo, incrementada en la segunda mitad, complicaban la existencia al Villarreal que en alguna ocasión se vio abocado al error. Cuando Sporting dejó de resguardarse, apareció Marco Ruben. Le siguió Borja Valero y en dos minutos los amarillos resolvieron el encuentro. Bruno redondeó una goleada reconstituyente.
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