El Madrid descose el Armani de Scariolo
El conjunto de Laso, liderado por un excelso Sergio Rodríguez, sella su pase para la siguiente fase tras derrotar al Milan (65-72) en un choque igualado
Con más pausa que vértigo, sabiendo manejar los tiempos y aguantar el pulso, el Madrid selló su clasificación para el top 16 de la Euroliga a costa del lujoso Armani de Scariolo, que se tambalea en la pasarela continental al borde de la eliminación. Desde el salto inicial, el Milan se mostró atenazado por la responsabilidad. Los de Scariolo se movían en el alambre conscientes de que una derrota les condenaba a los infiernos y el Madrid comenzó a jugar con el sistema nervioso del conjunto italiano. Dos robos de balón, tres buenas defensas y la pólvora de Rudy, repuesto de la lesión de rodilla sufrida la semana pasada ante el Charleroi, sirvieron al conjunto blanco para firmar un 0-9 en su contundente puesta en escena.
ARMANI MILAN, 65 - REAL MADRID, 72
Armani Milan: Cook (8), Nicholas (11), Mancinelli (12), Fotsis (-), Bourousis (10) -quinteto inicial- Gallinari (13), Giachetti (3), Hairston (8), Rocca (-).
Real Madrid: Llull (-), Suárez (3), Rudy Fernández (13), Mirotic (11), Tomic (10) -quinteto inicial- Sergio Rodríguez (19), Pocius (-), Reyes (-), Ibaka (7), Carroll (9).
Parciales: 15-20, 15-16, 17-17, 18-19.
Árbitros: Grzegorz Ziemblicki (POL), Milivoje Jovcic (SER) y Milija Vojinovic (SER). Eliminaron por cinco faltas a Hairston (EA7 Emporio Armani).
Mediolanumforum. 8.200 espectadores.
Era la última noche europea de Rudy e Ibaka y ambos se esmeraron en exhibir lo mejor de su repertorio. Triples, mates, tapones, 'alley-oops' y algún arabesco impulsaban a los de Laso ante el desasosiego local. Sergio Rodríguez, excelso en la dirección y en el tiro, y Mirotic, luciendo también su buena mano y cerrando el rebote defensivo, secundaban la apuesta y eran argumentos suficientes para dominar el partido sin necesidad de forzar la máquina. Solo el trabajo de Bourousis en la pintura y los puntos de Mancinelli sostenían al Armani. La pléyade de estrellas reunidas el pasado verano en Milán, en uno de los proyectos más ambiciosos del continente, dista mucho de ser un bloque sólido y el esmoquin de Scariolo presentaba costurones en defensa y en ataque.
Cook sufría para llevar la batuta de los suyos. Con un aparatoso vendaje en la pierna derecha y una cojera conmovedora, el base estadounidense aplicaba un ritmo mortecino al encuentro para evitar el zarandeo del contragolpe madridista. Gallinari, negado ante el aro, preparaba el equipaje rumbo a Denver, y solo los arrebatos de Nicholas desde el 6,75 zurcían las diferencias en el marcador. El público del Mediolanum Forum parecía asistir a una ópera y Scariolo no encontraba soluciones en su banquillo. Pero las pérdidas de balón, los discretos porcentajes de tiro y la desangelada tarde de Carroll impedían al Madrid tomar una distancia prudencial para gobernar el partido.
Acostumbrado al galope, los de Laso se desdibujaban por momentos con el trote que proponía el Milan. El impulso de la necesidad agitó a los locales en el último cuarto amparados en los mejores minutos de Gallinari. El conjunto italiano dio una vuelta de tuerca en su intensidad defensiva y el marcador se apretó en los minutos del miedo (59-62 a 4m20s para el final). Pero en su versión más sobria de la temporada, bajo el mando de Sergio Rodríguez, el Madrid mantuvo el pulso firme y selló su pase al top 16.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.