Van Persie tiene goles para todos

Arsène Wenger, técnico paternal y didáctico como pocos, le moldeó el carácter, pero entendió que no se podía cambiar su fútbol, más vertical y menos asociativo que el resto del equipo del Arsenal, hasta el punto de que Robin Van Persie (Rotterdam, Holanda; 1983) pasó de ser un jugador conflictivo a un delantero definitivo. De niño malo a niño bueno; de extremo a delantero centro. Fue un pacto no escrito, una resolución que ahora funciona de maravilla en el Arsenal, equipo desvencijado por las ventas veraniegas (Cesc y Nasri), resurgido -hace nada al borde del descenso y ya en puestos europeos- por los goles del ariete gunner. Resulta que VP tiene goles para todos, que de los últimos 20 equipos a los que se ha medido, solo le ha dejado de marcar a cuatro. Y sonoro fue el hat-trick que hace apenas unas semanas desmontó al Chelsea.

Frente al Norwich, Van Persie firmó otros dos goles (1-2) para consolidarse como el pichichi de la Premier, seguido de lejos por Dzeko y Agüero, ambos del Manchester City y con una decena de redes. "Cesc y Nasri se fueron a los 24; Van Persie tiene 28 y mi sueño es que se retire en este club. Haré lo máximo para convencerle", señaló Wenger tras el duelo en el Emirates Stadium, consciente de que el futbolista no ha renovado su contrato -le quedan 18 meses- y el presidente Peter Hill-Wood le apremia. Su poder de persuasión, en cualquier caso, siempre funcionó con este delantero del barrio conflictivo de Kralinngen. "Algo tendrás que cambiar", le señaló el entrenador después de que en su primer año le expulsaran en un partido. El futbolista, caliente por el momento y en el túnel de vestuarios, replicó: "¿El qué?". Y Wenger remedió el enigma a su manera: "Si te lo digo, lo sabrás". Años después, Van Persie reconocía que este episodio se le quedó grabado en la memoria, que "el mister consiguió que me fijara en mí mismo, que me volviera más profesional". Pero el cambio deportivo, llegó por dos motivos: por los cuidados intensivos a un jugador que parecía de cristal; y por el cambio de demarcación.

La temporada pasada, Van Persie inició en la ciudad deportiva de Saint Albans un trabajo específico con el preparador físico personal de Cesc, Juan Ferrando. Vitamina D para fortalecer sus tobillos, plantillas para compensar la diferencia de altura de sus gemelos y dieta equilibrada. Desde entonces, ha figurado en casi todos los partidos, lejos de esa versión de futbolista quebradizo, con los tobillos hechos trizas. "Tiene un gran talento, pero siempre está lesionado", expresó tiempo atrás Terry Venables. "Me he perdido demasiados partidos", concedió el jugador. Ausencias que le privaron de un estatus noble en la selección holandesa, siempre a la sombra de otros futbolistas, como Van Nistelrooy y Robben, incluso de Van der Vaart. Pero Van Marwijk, el seleccionador oranje, nada rencoroso, apostó por él como hizo en su día Wenger.

Futbolista desde la cuna, Van Persie llegó al Feyenoord con 17 años y se marchó con 21, tras una pelea con el entonces técnico Van Marwijk porque le acusó y sentó en varios partidos por no realizar "correctamente" un calentamiento. Se fue al Arsenal, donde al principio no encontró su hueco, por detrás de Reyes, tan efervescente al principio como desbravado al final. Como extremo, VP se ganó elogios, pero se mostró inconstante, consecuencia de su fragilidad física. "Ha tenido mala suerte con las lesiones", le defendía Cesc, su gran amigo. La grada, sin embargo, entendía que era un futbolista demasiado individualista, poco dado al pase en un equipo que se definía por la mezcla en campo contrario. Se marchó Bergkamp, emigró Henry, se rompió relaciones con Adebayor y nunca brilló Bendtner. Por lo que Wenger le situó de delantero centro, como punto y final del juego colectivo, menos exigido en el pase y más suelto en el remate. Una apuesta que secundó Van Marwijk en la selección [en el Mundial de Sudáfrica], pero que ahora no le acaba de seducir del todo, toda vez que Huntelaar, ariete por definición, ha recuperado el protagonismo, que no gol porque nunca lo perdió.

Definitivo en el remate, Van Persie no falla esta temporada. Suma 10 goles en los últimos cinco encuentros de la Premier y ya se ha convertido en el quinto jugador (también lo hicieron Shearer, Henry, Ferdinand y Van Nistelrooy) en conseguir marcar más de 30 tantos en un año físico, en el 2011. Contabiliza 31 redes en 29 encuentros. Pero su incidencia, sin embargo, se expresa en que de los 58 goles convertidos por el Arsenal en la competición doméstica, Van Persie ha intervenido en 38 (66%). "Nunca había visto a un jugador zurdo tan bueno. Siempre toma las decisiones correctas en una fracción de segundo", aseguró Wenger tras el encuentro ante el Norwich. "Es uno de los mejores futbolistas que he visto", completó Arteta.

Huntelaar, el otro holandés de gatillo fácil

Labrada la fama de ariete infalible en la Eredivisie, sensacional para ponerle el lazo a las jugadas colectivas del Ajax -antes lo hizo en el Herenveen-, Huntelaar perdió protagonismo y confianza en el Madrid, a la sombra de delanteros como Van Nistelrooy y Raúl, incluso Higuaín al final. No recobró el tino en el Milan hace dos cursos, a la sombra de Pato, Borriello e Inzaghi, y emigró a Alemania, al Schalke. Tras un año discreto, donde el propio Raúl le restó brillo, Huntelaar ha regresado por sus fueros, con la puntería de siempre. Suma 23 dianas en 20 partidos.

Huntelaar le endosó dos goles al Núremberg (4-0) y aumenta a 12 los goles en la Bundesliga, los mismos que partidos. Ha marcado otras seis dianas en la Liga Europa -cuatro en la fase previa-, y otras cinco en la Copa. El Schalke, así, disfruta del mejor Huntelaar, del ariete de la selección holandesa, del compañero de Van Persie.

Otros resultados: Everton, 2-Wolverhampton, 1; Manchester City, 3-Newcastle, 1; Stoke, 2-QPR, 3; Sunderland, 0-Fulham, 0; West Bromwich A, 2-Bolton, 1; Wigan, 3-Blackburn, 3; Swansea, 0 - Manchester United, 1.

Bundesliga: Schalke, 4 - Nuremberg, 0; B. Monchengladbach, 5 - Werder Bremen, 0; Bayern, 0-Borussia Dortmund, 1.