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Pistoleros de lujo

Carroll y Rudy, con 18 puntos cada uno, sellan la rotunda victoria del Madrid ante Unicaja (80-96) en un duelo marcado por la contundencia del perímetro blanco

A finales del mes de enero, hace casi diez meses, Unicaja deambulaba por la tabla clasificatoria, sin opciones de disputar la Copa del Rey y con su entrenador, Aíto García Reneses, en la cuerda floja. La cuerda se rompió, Chus Mateo sustituyó a Aíto y, desde entonces, el conjunto malagueño había convertido el pabellón Martín Carpena en un fortín. Desde el relevo en su banquillo, Unicaja había vencido todos los partidos de liga regular que había disputado como local: 12 triunfos; nueve del curso pasado y tres en lo que iba de esta temporada con 21,5 puntos a favor en cada victoria. Un feudo inexpugnable donde solo el Madrid había salido derrotado por menos de 10 puntos en el inolvidable partido de la temporada pasada. Entonces cayó por la mínima merced a un triple de McIntyre en el último segundo en el regreso a Málaga de Garbajosa. El Madrid se tomó revancha y la racha se cerró esta mañana. Carroll y Rudy afinaron sus muñecas y rompieron a Unicaja desde la línea del 6,75.

UNICAJA, 80 - MADRID, 96

80 - Unicaja (24+18+21+17): Valters (7), Berni Rodríguez (4), Luka Zoric (6), Freeland (20) y Darden (17), también jugaron Sinanovic (8), Garbajosa (4), Fitch (6), Rowland (6), Peric (2) y Blanco (-).

96 - Real Madrid (21+32+27+16): Llull (11), Rudy Fernández (18) Suárez (10), Nikola Mirotic (7) y Serge Ibaka (8), también jugaron Marty Pocius (-), Tomic (7), Felipe Reyes (10), Sergio Rodríguez (7), Jaycee Carroll (18).

Árbitros: Martín Bertrán, Oscar Perea y Martínez Fernández.

Incidencias: Partido disputado en el palacio José María Martín Carpena ante unos 10.000 espectadores.

El cartel anunciaba un apasionante duelo entre dos de los cuatro colíderes de la Liga Endesa. Un clásico de la competición. Y, atendiendo a los precedentes, no parecía la mejor plaza para que el Madrid se rearmara después de su tropiezo en Euroliga ante el Partizán. El conjunto de Pablo Laso llegaba a Málaga con una contabilidad irregular. En su haber, una atractiva apuesta ofensiva cimentada en un perímetro lustroso cargado de puntos y talento. En el debe, una defensa enclenque que le había pasado factura en todas las salidas importantes en lo que iba de curso: Bilbao, Tel Aviv y Belgrado.

Para reforzar su armazón, Laso reclutó a Ibaka desde el quinteto inicial por primera vez desde su llegada. El pívot de origen congoleño agradeció la confianza ganando el salto inicial y firmando los primeros seis puntos de su equipo en un arranque tan entusiasta como efervescente (sumó ocho puntos al final). En el cuadro malagueño, Darden acaparaba la producción ofensiva. El alero estadounidense daba carrete a los suyos, con 10 puntos en el primer cuarto, a la espera de que Freeland aterrizara en el encuentro.

El jugador más valorado de toda la competición (22,4 de media), acompañado de los 222 centímetros del gigantón Sinanovic, suponían una nueva reválida para las torres blancas que ya enseñaron sus costuras ante Schortsanitis y Pekovic. Pero a la espera de que la batalla se trasladara a la pintura, el Madrid comenzó a hacer fortuna en el partido gracias a Carlos Suárez. 10 puntos sin fallo, tres rebotes y una asistencia dieron alas al Madrid que selló el primer estirón del partido con un parcial de 2-10 que le situó siete puntos arriba mediado el segundo cuarto (30-37). Tomic y Reyes completaban la faena de Suárez y hacían caja en el rebote (entre ambos, ocho de los 15 de su equipo al descanso) aprovechando el inicio destemplado de Freeland. Unicaja no encontraba la pausa que habitualmente cortocircuita al Madrid y Darden retaba a los blancos a un duelo desde el perímetro.

En ese territorio los pistoleros madridistas no tienen parangón. Rudy, inédito hasta entonces, y Carroll desenfundaron su fusil y presentaron credenciales. Una batería de tres triples consecutivos (dos del español y uno del estadounidense) dejó grogui al conjunto malagueño y lanzó a los blancos hasta un contundente 42-53 al descanso. A la vuelta de los vestuarios, el Madrid consolidó su apuesta. Mirotic y Llull con dos nuevos triples dispararon la diferencia hasta los 17 puntos (42-59).

La mística del Carpena se tambaleaba y el Madrid, cargado de confianza aprovechaba la inercia favorable de la mañana para reivindicarse apretando los dientes en defensa. Con Fitch seco, solo Darden y Freeland (sumando 37 de los 80 puntos totales de su equipo) aportaban en los locales, mientras que la valoración del Madrid se cimentaba en una aportación coral (hasta cinco jugadores alcanzaron 10 o más puntos). "Se nos puede ir el partido si no defendéis", apuntaba Laso, entre la advertencia y la reprimenda cuando la ventaja bajó hasta los 11 puntos gracias a un parcial de 6-0 para Unicaja. Pero de nuevo el Madrid cortó por lo sano. Otro triple de Carroll y uno más de Rudy restablecieron las diferencias en los 17 puntos 63-80 (a los 30 minutos). El 50% de acierto de los blancos (9 de 18) desde la línea de 6,75 al término del tercer cuarto contrastaba con un paupérrimo 16 % de Unicaja (2 de 12).

El Madrid era hasta hoy el segundo mejor ataque de la competición con 80 puntos por partido y ya sumaba esa cifra al término del tercer cuarto. Disparado en la anotación y con el partido roto, el Madrid buscó divertirse y darse un baño de autoestima ante un rival entregado. Pero carente de tensión competitiva los blancos se relajaron y el duelo devino en una sucesión de ataques precipitados. Unicaja aprovechó entonces para adecentar el marcador y soñar con agarrarse al duelo (72-82 a 4.44). Pero, de nuevo, Carroll con su cuarto triple de la mañana cerró el duelo tirando de gatillo.

Carroll controla el balón ante la presión de Gerald Fitch.
Carroll controla el balón ante la presión de Gerald Fitch.DANIEL PÉREZ (EFE)

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