Noche de porteros y de bullas

El partido empezó con bulla, tuvo bulla en el descanso, cuando el preparador físico del Barcelona, Aureli Altimira, fue expulsado, y terminó con bulla. Entre la primera y la última, los dos porteros se erigieron como los principales protagonistas de la contienda. Para empezar, Iturralde llegó con sus tres ayudantes y acompañado por otras dos personas, estas últimas sin su correspondiente acreditación. Los guardias de seguridad del club prohibieron el acceso a la zona de vestuarios de los amigos del trencilla, que se ofendió. "Si no entran, yo tampoco". En esa bulla medió Carles Naval, delegado del conjunto azulgrana.

En el descanso la lió Altimira, al parecer, expulsado por protestarle al árbitro, ya en el túnel del vestuario, que Javi Varas perdía demasiado tiempo cada vez que se hacía con el balón. Y llegado el minuto 90, después de que pitara un penalti por derribo del central Fazio a Iniesta, la tensión acumulada estalló por los aires en el centro del campo del estadio.

Messi se dispuso a tirar el libre directo cuando apareció Kanouté a incomodarle: se ganó una tarjeta tratando de descentrar al argentino, que por segunda vez se metió en faena, y por segunda vez tuvo que volver a recular: el de Malí se estaba pegando con Fábregas unos metros más atrás. Nadie vio nada o nadie se acuerda, a tenor de los comentarios de unos y otros tras el partido. El caso es que la memoria recuerda, y las imágenes lo corroboran, que con Varas retando a Messi, el ex jugador del Arsenal pudo haberle dicho algo al africano, que le soltó el brazo sin cazarle y le golpeó, en segunda instancia, con un gancho al mentón. Rodó el de Arenys por los suelos y se fue a la calle Kanoute. Y, cuando Messi al fin pudo tirar, falló. O acertó Varas, que supo desviarlo, poniendo el broche final a la que sin duda fue una noche para ambos porteros.

Aunque lo parezca, en esta Liga nadie regala nada. No lo hizo el Sevilla y aún menos su portero, rapidísimo siempre en sus acciones. "Ha estado magnífico, pero hemos hecho más cosas bien", elogió Marcelino García Toral. "Es imposible irse de aquí con algo si tu portero no es el mejor del equipo", aseguró el entrenador de los andaluces. Al otro lado del campo también apareció Valdés. Necesitaba el guardameta del Barcelona 57 minutos para alcanzar su récord personal (los 557 que sumó la temporada pasada) y lo consiguió. El récord absoluto de imbatibilidad en el Barcelona sigue siendo de Miguel Reina, con 824 minutos (curso 1972-73).

Valdés salvó los muebles al Barça en el primer tiempo con dos acciones tremendas. No tardó en tener que reaccionar con presteza a una mala cesión de Abidal con el pecho y después resolvió un tiro de Navas tras un fallo de Alves, con una majestuosa intervención a mano cambiada: "Una parada maravillosa", reconoció en el descanso Andoni Zubizarreta, explicando que ese recurso permite llegar más alto en jugadas puntuales, pero exige mucha fuerza de brazos. "No tengo nada que celebrar, no hemos ganado", aseguró Valdés, que, eso sí, elogió a Varas: "Lleva una línea de trabajo espectacular" dijo el portero del Barça de su colega en el Sevilla. Zubi tampoco lo obvió: "Los grandes porteros suelen jugar en los grandes equipos y Varas es un gran portero, muy rápido". Más apretó el Barcelona, más paró Varas, contra el que se estrellaron las más de 20 llegadas.

En Varas murió el partido, cuando Messi no pudo transformar el primer penalti que le pitan al Barça en lo que va de Liga. "Solo los grandes tienen la valentía de tirar un penalti en el minuto 90 con la tranquilidad que lo ha hecho él. Ha fallado, pero si nos pitan otro, lo volverá a tirar Leo", dijo Guardiola, que entendió que la afición coreara el nombre del argentino después de fallar el tiro: "Ha hecho tanto, que se le puede perdonar todo", dijo Pep. "No se puede criticar a nadie que se infla a hacer goles porque un día no acierta", añadió Iniesta. "No podemos poner a Leo en entredicho", reclamó Adriano.

Messi, con el de ayer, ha fallado seis lanzamientos desde el punto de penalti, dos de ellos la temporada pasada. "Más que fallar Messi, acertó Varas", dijo el técnico del Sevilla, que descartó que la tangana que protagonizaron Kanoute y Cesc hubiera tenido algo que ver. "No creo que Cesc sea el culpable de lo que ha pasado", ahondó Marcelino. El portero sevillano reclamó sus méritos. "Sabía por donde lo iba a tirar porque lo he estudiado. Y cuando estudias se sacan cosas", aseguró el cancerbero de los andaluces, que se volcó a su izquierda y logró desviar el balón en el lanzamiento decisivo del encuentro.