Armenia y Estonia, candidatas inesperadas

Armenia y Estonia comparten historia -ambas son exrepúblicas soviéticas que se independizaron en 1991- y trayectoria futbolística porque nunca se han clasificado para una fase final de una competición internacional. Hoy, Ereván como Tallin, las dos respectivas capitales, comparten también el sueño de acceder a la repesca que en noviembre asignará los últimos cuatro puestos para la Eurocopa 2012 en Polonia y Ucrania.

Los bálticos solo pueden cruzar los dedos delante de la televisión, dado que su selección ya ha disputado todos los encuentros. Con un punto más de Serbia en el grupo C, el de la ya clasificada Italia, tiene que esperar que su rival no gane en casa de Eslovenia. Armenia, por su parte, tiene el destino en sus pies, toda vez que una victoria en Dublín y ante Irlanda, segunda en el grupo B, le daría el pase. "Los resultados no salen de la nada. Tenemos muchos jugadores jóvenes que se han ganado la confianza del técnico y saben muy bien lo que hay que hacer en el campo. Somos un mecanismo único y en salud", ha comentado Henrik Mkhitaryan, centrocampista del Shakhtar Donetsk y estrella del equipo, en un amplio reportaje que dedicaba ayer The Guardian a Armenia, que en los últimos tres partidos (ante Andorra, Eslovaquia y Macedonia) anotó 11 goles y solo encajó uno.

Mientras dos cenicientas del fútbol europeo aspiran a la sorpresa, la aristocracia ya está buscando alojamiento entre Polonia y Ucrania: España, Italia, Holanda, Alemania e Inglaterra sacaron con antelación el billete para la Eurocopa, donde harán compañía a las anfitrionas. Entre la nobleza del Viejo Continente solo faltan Francia, la única campeona del mundo que aún debe certificar su presencia, y Portugal, una potencia sin títulos. A la selección gala le bastará con no perder ante Bosnia Herzegovina. Faltan por determinar nueve participantes; cinco saldrán esta noche; otros cuatro, de los desempates entre las segundas de cada grupo (menos una, que se clasifica directamente como mejor segunda), que se disputarán el 11 y el 15 de noviembre próximos.

Grupo A. Nueve victorias en otros tantos encuentros certificaron el dominio absoluto de Alemania. El segundo puesto se lo disputan Bélgica, que suma 15 puntos, y Turquía (14). La selección otomana, entrenada por Guus Hiddink, se mide al modesto Azerbaiyán de Berti Vogts, mientras a Bélgica le espera en Dusseldorf la apisonadora alemana, que ya demostró ante Turquía su poca predisposición a hacer descuentos; le ganaron, ya clasificados, 1-3 en Estambul. Bélgica espera, sin embargo, volver a clasificarse - en 2000 participó como anfitriona- para la máxima competición continental 28 años después. "Es el partido más importante de mi carrera", ha señalado el media punta belga Eden Hazard, talento del Lille.

Grupo B. Rusia, primera con 20 puntos, no debería tener problemas en conseguir el triunfo ante la visita de Andorra, farolillo rojo con cero puntos. El desempate para la repesca se jugará en Dublín, donde Irlanda (18) puede conformarse con el empate ante Armenia (17). Giovanni Trapattoni, entrenador de la selección del trébol, no contará con el lesionado Robbie Keane para afrontar un duelo bien sugerente, toda vez que Armenia se ha confirmado como la sorpresa europea de la temporada, que llega a Dublín después de dos goleadas: 0-4 a domicilio a la experimentada Eslovaquia y 4-1 a Macedonia en Ereván.

Grupo C. Otra sorpresa se puede dar en el grupo de Italia. Serbia no fue capaz el pasado viernes en Belgrado de llevarse los tres puntos ante los azzurri, ya clasificados, y ahora está obligada a ganar a Eslovenia a domicilio. En el caso de que Serbia fallara, Estonia, que tiene un punto más de los serbios y ventaja en los duelos directos, pero que ya ha disputado todos los partidos, conseguiría un inesperado e histórico puesto en la repesca.

Grupo D. Han pasado casi 18 años, pero en Francia el fantasma de Kostadinov todavía asusta. En noviembre de 1993, los bleus de Cantona y Papin necesitaban un empate en París ante Bulgaria para ir al Mundial de Estados Unidos. Sin embargo, un doblete del delantero búlgaro -que jugó en España con el Deportivo- dio la vuelta al marcador tras un tempranero gol de Cantona, clasificó a los suyos y hundió a todo un país. Debido al infausto recuerdo, nadie se fía de Bosnia. Como entonces, los galos juegan en casa, son favoritos y un empate sería suficiente -suman 20 puntos contra 19 de los bosnios-, pero Laurent Blanc, que ha devuelto seguridad a una selección trastornada tras la pésima figura en el Mundial de Sudáfrica, ya ha advertido que no cometerá el error de subestimar el rival.

Grupo E. Holanda, clasificada; Suecia, a la repesca o a la Eurocopa de forma directa como mejor segunda. Ambas selecciones se miden en casa de los escandinavos en un partido que no va a ser una pura formalidad porque Suecia, con los tres puntos, se aseguraría el pase directo. Pero deberá doblegar a la invicta orange (nueve victorias de nueve) sin su estrella, el milanista Zlatan Ibrahimovic, ausente por sanción.

Grupo F. Grecia, campeón continental en 2004, dio un paso enorme hacia la clasificación directa tras ganar a Croacia (2-0) el pasado viernes. Con los duelos directos a su favor respecto a los eslavos y dos puntos más en la tabla, a la selección helena le basta un punto en Georgia. Croacia solo puede ganar a Letonia y esperar en un tropiezo del líder para evitar la repesca.

Grupo G. Nada por decidir. Inglaterra clasificada; Montenegro, a la repesca.

Grupo H. El grupo más incierto. Dinamarca y Portugal, ambas con 16 puntos, se disputarán el primer puesto en un partido en el que el empate podría servir a los dos para clasificarse directamente como primera (Portugal) y mejor segunda (Dinamarca), si Suecia no gana a Holanda en el grupo E. Noruega, con tres puntos menos y que se mide en Oslo a Chipre, tiene unas remotas esperanzas de acceder a la repesca; debería golear a los chipriotas y esperar en una abultada derrota de Portugal, que jugará en Copenhague sin Pepe y Contreão, lesionados.

Grupo I. Escocia, con 11 puntos, y Republica Checa, con 10, anhelan un puesto en la repesca, puesto que España no ha dado otra opción al contar los partidos por victorias. Los checos tienen que ganar en Lituania y esperar a que Escocia no haga lo mismo en Alicante. Un empate le valdría a los checos solo en caso de derrota del conjunto británico. Clasificada con dos partidos de antelación, La Roja puede igualar la mejor racha de triunfos consecutivos en partidos oficiales, que ostentan Francia y Holanda, con 14, si gana a Escocia. Razón suficiente para que República Checa, que ya ha experimentado la profesionalidad de España el pasado viernes (0-2 en Praga), no recele de la actitud de la selección de Del Bosque.