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Sean O'Brien, la nueva esperanza de Irlanda

Ante el final de la generación de O'Driscoll, O'Gara y O'Connell, el 'flanker' representa la sabía nueva del 'XV del Trébol'

Irlanda afronta mañana un partido histórico para su rugby. De ganar a Gales (7.00, C+ Deportes) se clasificaría por primera vez para semifinales de un Mundial, posiblemente la última frontera para una de las mejores generaciones que ha vestido la camiseta del XV del Trébol. Pero, pese a que los líderes de esta quinta -O'Driscoll y O'Gara en los tres cuartos y O'Callaghan y O'Connell en la delantera- han pasado los 30 años, y están en sus últimos años en activo, los aficionados de la isla esmeralda pueden estar tranquilos, porque detrás vienen jóvenes empujando fuerte. A la cabeza de esos brotes verdes, está el Tanque de Tullow, Sean O'Brien.

Criado en la granja familiar de una pequeña población del interior de Irlanda, a 90 kilómetros de Dublín, O'Brien es el delantero más joven del equipo junto a Cian Healy (ambos nacidos en 1987) y ha pasado en una temporada de promesa a titular indiscutible. El tercera línea, potente y rápido, es un tanque con el balón en las manos y puede actuar tanto de flanker, posición en la que fue nombrado mejor jugador en el último partido contra Italia, como de cierre de la melé. Su entrenador en el Leinster, Joe Schmidt, se deshace en elogios hacía él y le define como "un jugador fuerte que permite al equipo ganar metros, tanto portando el balón como en defensa". "A la hora de defender puedes contar con él para que haga un placaje de cobertura", explica el preparador; " y, cuando ataca, es capaz de chocar contra cualquier contrario y derribarlo".

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Pese a que debutó con la camiseta del XV del Trébol en 2009, se perdió todo el Seis Naciones de 2010 porque en febrero, justo antes del torneo, se rompió la pierna con su club. No le importó, y este año ha vuelto con más fuerza, como reconocía su compañero Ferris, con quién iba a disputarse un puesto: "Sean está en una forma espectacular. Con un poco de suerte coge un resfriado y puedo jugar yo". Parece poco probable, ya que O'Brien ha explotado y está completando un curso envidiable. Ha ganado la Heinekken Cup (la competición de clubes más importante de Europa) con el Leinster, se ha convertido en un pilar básico en Irlanda (ha partido de inicio en todos los partidos del Seis Naciones) y además ha sido designado Jugador Europeo del Año. También llegó lesionado al campeonato del Mundo, y se perdió el primer partido, contra EE UU, pero desde que debutó contra Australia, nadie la he quitado el 7. En total, O'Brien ha jugado 216 minutos -completó los partidos más importantes, el de Australia y el Italia, y disfrutó 56 minutos contra Rusia- y ha conseguido un ensayo.

Pero, O'Brien no se conforma y aspira a todo: "No tiene sentido venir hasta aquí para ser uno más. Quiero destacar y probarme con los mejores jugadores del mundo". Ya ha pasado por encima de defensores de toda Europa y no se ha amedrentado frente a los Wallabies. Ante Gales, a los que conoce del Seis Naciones, tiene que demostrar que su empuje es el mismo de siempre y que pese a que los O'Driscoll, O'Gara, O'Callaghan y O'Connell están de retirada hay una nueva O para guiar a Irlanda.

Sean O'Brien, de Irlanda, evita un placaje del italiano Orquera durante el partido de la fase de grupos del Mundial de Nueva Zelanda.
Sean O'Brien, de Irlanda, evita un placaje del italiano Orquera durante el partido de la fase de grupos del Mundial de Nueva Zelanda.CHRISTOPHE SIMON (AFP)

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