Los reyes del hockey sobre patines

Cuatro mundiales seguidos. El último esta madrugada en San Juan, la catedral del hockey sobre patines. Ante cerca de 9.000 gargantas albicelestes en el Aldo Cantoni, la selección española ganó 4-5 a la anfitriona Argentina. San Juan sigue siendo mágica para el equipo de Carlos Feriche que dirige a una generación de oro que lleva 49 victorias consecutivas.

Hace 10 años, también en San Juan y ante Argentina, al portero Guillem Trabal le temblaban las piernas en la tanda de penaltis en la final. Tenía 20 años y ganaba su primer Mundial. Pedro Gil, con la misma edad, lograba el penalti decisivo que les daba el título. Hoy, después del partido, Gil , capitán de la selección, y Trabal - los dos con cinco Mundiales a sus espaldas-, coincidían en la receta para un equipo de oro: "somos amigos". En los últimos siete años, Feriche ha mantenido a casi todos los jugadores en la selección. Y la unión es perfecta como lo demostraban después del partido. Gil gritaba impaciente al equipo que se juntara. "Para levantar la copa todos juntos, no solo el capitán. Es un momento maravilloso", explicaba emocionado por teléfono con la voz entrecortada. Botando con los patines en el mítico pabellón Aldo Cantoni, mudo tras la derrota argentina, el equipo español celebraba su decimoquinto mundial, igualando a Portugal en el número de títulos. El primero fue hace 60 años, con Juan Antonio Samaranch como seleccionador.

La final comenzó como todas las que ha vivido el equipo en los últimos años. Horas antes del encuentro los jugadores vieron un vídeo del preparador físico Carles Balart. "Es un fenómeno, nos ha puesto un montaje con imágenes del equipo en momentos de dificultad, de alegría, puro sentimiento", contaba Mia Ordeig. Después, los jugadores salieron al pabellón con una camiseta dedicada al veterano utillero de la selección Angel Milla, que murió de un ataque al corazón durante una concentración el pasado mes de abril en Montreux. Con un marcaje especial a la estrella de la selección argentina y jugador del Barcelona, Pablo Álvarez - "el Messi sobre ruedas"-, España fue muy superior durante todo el partido. Se sobresaltó en el último minuto cuando, gracias a un penalti, la selección de José Martinazzo se puso 5-4. Aguantó y el equipo de la generación dorada volvió a levantar la copa de campeón. En un lugar mítico como no se cansaban de repetir los jugadores y el seleccionador. "San Juan es excepcional, se vive el hockey como en ningún sitio, una ciudad que tiene 25 clubes, es el punto culminante de una generación fantástica que por cuestiones familiares o por edad comienza a despedirse", señalaba Feriche. Aunque ningún jugador quería hablar de despedidas y de fin de un ciclo mágico. Unos querían, como Torra, "bañarse en champagne", y otros deseaban reivindicar el hockey y se mostraban molestos por el trato recibido en España: "Zapatero habló del fútbol, del baloncesto y nada del hockey, los deportes minoritarios están marginados aunque han conseguido cosas espectaculares", se lamentaba Ordeig. Más naíf , el único novato de la selección, Raúl Marín, vivía "un sueño increíble". La magia de conseguir su primer título en la catedral del hockey mundial, San Juan.