Un mal placaje condena a Argentina
Inglaterra, con un Wilkinson en su peor versión, se aprovecha de un error de los 'Pumas' para ganar (13-9) en su estreno en el Mundial
Argentina lo tenía claro. Para ganar a Inglaterra, tenía que alejarla lo más posible de su línea de ensayo, quitarla el oval y plantear una batalla física tremenda. Solo la falta de acierto de sus pateadores argentinos y, sobre todo, un error en defensa permitieron a Inglaterra salvar los muebles. Un ensayo de Youngs en el minuto 67 dio al traste con los planes albicelestes, que vieron como se les escapaba un partido (13-9) que dominaron en el juego y el marcador durante la mayor parte del mismo. Ganó Inglaterra, la favorita, pero las pasó canutas.
Dura, fuerte, sin miedo a jugarle de tú a tú, Argentina dejó claro desde el inicio que no sería un paseo inglés, que estaba en Nueva Zelanda para repetir el tercer puesto logrado en 2009 en Francia. El problema es que esa propuesta le pasó factura, con la retirada por lesión de su líder y capitán Felipe Contepomi, además de su primer centro Tiesi. Unas bajas, en cualquier caso, que no mermaron la fe de los Pumas, que desquiciaron a los del XV de la Rosa, desarticulados ante la presión rival. Tanto, que cometieron golpes de castigo constantes en ataque y defensa. El problema, sin embargo, es que Martín Rodríguez y Condepomi tenían el pie torcido; fallaron cuatro de los siete lanzamientos a palos. Una penalización que dejó viva a Inglaterra.
Pero el mayor fallo de Argentina fue un error general de placaje a pocos metros de la línea de ensayo. . Tras sacar de touch, el oval llegó a manos del medio de melé Youngs que encontró un resquicio entre los tres cuartos argentinos para posar el balón cerca de los palos. Los ingleses estallaron de alegría y, en contra de la tradición rugbística, celebraron por todo lo alto lo conseguido. Incluso a Wilkinson se le escapó algún resoplido de más; su día había sido aciago, con cinco errores en los ocho lanzamientos a palos. Algo bien extraño en el considerado mejor pateador junto al neozelandés Dan Carter.
El sufrimiento de Escocia
En los otros tres encuentros de la jornada, no hubo sorpresas en el marcador, pero sí en el juego. Pese a que se impusieron los favoritos y todos obtuvieron el punto bonus, Escocia sufrió más de lo esperado ante Rumania, a la que solo se impuso por 10 puntos (34-24). Y Francia solo se despegó de Japón en el marcador (47-21) en los minutos finales del encuentro. Fiji, por su parte, no tuvo ningún problema para pasar por encima a la débil Namibia (49-25).
A falta de 13 minutos para el final del partido, los del XV del Cardo iban tres puntos por debajo en el marcador, después de que los rumanos remontaran un 21-11 en la segunda parte. Pero en los últimos instantes del partido, los escoceses impusieron su calidad y se repusieron gracias a un golpe de castigo y dos ensayos, que les otorgaron el bonus. Tampoco se lo pusieron fácil los japoneses a los franceses, que mandaron todo el partido en el marcador, pero no dominaron como se esperaba de ellos hasta el último cuarto de hora. En el minuto 65, el marcador indicaba un 25-21. En el tramo final del partido, los del XV del Gallo, de la mano de Morgan Parra, que entró en el minuto 61 por el lesionado Skrela -solo estuvo en el campo 10 minutos-, consiguieron anotar un golpes de castigo y tres ensayos, para maquillar el resultado y obtener el punto extra.
Al final, ni franceses ni escoceses tuvieron que lamentar desgracias, pero estos partidos son un serio aviso. Especial nota deberán tomar los británicos que están encuadrados en el llamado grupo de la muerte, con Inglaterra y Argentina, y en el que cada punto será vital para pasar a cuartos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.