Contra el "superlativo" Rossi, el balón

La Liga brinda al Barcelona, actual campeón del torneo, la oportunidad de seguir ganando y así, de seguir haciendo historia, igualando los cuatro trofeos consecutivos del dream team. Guardiola, que ha dado consigna de no pensar en mayores retos que ganar cada partido, ha invitado a su equipo a asumir la exigencia de crecer, no para ser más altos o más fuertes, sino mejores y más reconocibles que nunca en la defensa de una denominación de origen singular. Ese es el mejor camino al triunfo que pueda imaginar.

Agotado el mes de agosto, terminan las vacaciones y el Barcelona vuelve a la faena con dos copas en la baca del coche pero con una defensa en cuadro. Lesionados Puyol, Piqué, Maxwell y Adriano y sancionado Alves, Jonathan Dos Santos se perfila como titular en la banda derecha de la defensa ante la visita del Villareal al Camp Nou (21.00 horas, Canal+).

"Juegue quien juegue, la idea no varía", sostiene Tito Vilanova, al tiempo que Guardiola impone al equipo la necesidad de ser más Barça que nunca, más reconocible que nunca. No es una frase sin fondo, es una exigencia: tocar más y más rápido, llegar más y rematar mejor, recuperar antes y más lejos de Valdés, en un volver a empezar que remite a la necesidad de ganar de una ya lejana tarde en Soria, hace tres años. "O lo hacemos mejor que el año pasado u olvidaos", se le ha oído decir al técnico a su equipo.

"Seguimos teniendo hambre, eso es lo más importante", responde Xavi, convertido en el futbolista con más títulos de la historia del Barça (18) después de ganar la Supercopa de Europa al Oporto. Ganar es motivación suficiente para el equipo y en la ciudad deportiva parecen estar todos de acuerdo al buscar las razones por las que el equipo ha empezado con dos títulos la temporada: han sido fieles a su voluntad de trabajar para mejorar lo mucho que ya hacían bien.

En este estreno de Liga sirve como ejemplo la última visita del Villareal al Camp Nou, toda una referencia si de lo que se trata es de comenzar el curso con victoria. Entonces, ganó el Barcelona (3-1) y no sin esfuerzo: aunque tuvo la pelota el 65% del partido, remató más (15/9) porque perdió menos el balón (92/97) y lo recuperó con mayor frecuencia (79/73). Ganó el Barcelona, en suma, porque fue muy fiel a sus principios. Recordó Guardiola que el rival de hoy siempre le ha plantado cara al Barcelona y, por eso, sabe que hoy la exigencia es tremenda, y más después del 0-6 del Madrid en La Romareda.

La decisión de Garrido, el técnico de los amarillos, este verano, cuando aceptó vender a Cazorla al Málaga y bloqueó la salida de Rossi invita a pensar que el equipo castellonense ha perdido presencia en el centro del campo. Pero Guardiola avisó de que mantiene constantes que le definen, el gusto por jugar -"desde Pellegrini no creo que haya variado mucho", dijo ayer- y avisó: "Delante tienen dos puñales".

Garrido buscará activar pronto a esos puñales, Neymar y a Rossi, de los que habló Guardiola. Calificó a Rossi como "un jugador superlativo". El italiano nunca ha marcado ante el Barcelona en los seis partidos que ha jugado, un detalle menor que no impidió a Zubizarreta pensar en él para reforzar este año al equipo, según ha reconocido y ayer admitió Guardiola: "Rossi gusta a todos los equipos del mundo, y tengo la sensación de que se adaptaría a nuestro equipo fácilmente, porque es un futbolista que va bien en corto y al espacio y del que Valverde me dijo que es superapreciado por sus compañeros". El Barcelona fichó finalmente a Alexis Sánchez, según Guardiola, porque necesitaba potenciar el juego por banda.

En el debut de Liga, el Barcelona no tiene mejor plan que seguir haciendo lo que ha venido mostrando, esto es, atacar bien para defender bien, tener un buen juego posicional y organizarse siempre desde el balón. No hay mejor receta para frenar otra vez a Rossi.