Márquez pone el turbo
El catalán, al acecho de Bradl, suma su cuarta pole en las últimas cinco pruebas
No hay quien pare a Marc Márquez cuando entiende donde está y cómo funciona su moto, cuando es capaz de controlar cuatro premisas básicas, su talento hace el resto: afinar el funcionamiento de su máquina y razonar cómo y cuándo lanzar un ataque, tanto en carrera como en un entrenamiento en el que está en juego la pole. Eso ha hecho en las tres pruebas más recientes, que ha ganado consecutivamente, y los últimos sábados de gran premio. Así lo hizo también en Brno, donde puso el turbo en las vueltas finales para pelearle primero y arrebatarle en el último giro después el mejor tiempo al alemán Stefan Bradl, el líder del Mundial de Moto2, y el único rival del piloto de Cervera.
Debutante, de 18 años, campeón de 125cc, y un experto en ir de menos a más, como ya le ocurrió el año pasado, cuando terminó ganando una decena de carreras después de un inicio algo renqueante y algunos imprevistos de los que no fue responsable, sino víctima. Fue más bien desastroso su comienzo en la nueva categoría intermedia, pero ha tardado poco en poner el turbo, en sentirse cómodo con esa moto de 600cc, con la que le costaba no derrapar a la entrada de las curvas al inicio del curso y que ahora ya lleva por donde quiere y como quiere, algo esencial para definir sus estrategias en carreras, en función del desgaste de sus neumáticos o del ritmo de sus rivales.
Márquez, sí, depende de un error ajeno para aspirar al título, en el que dice que no piensa pues no es su cometido este año; pero Márquez se ha propuesto muy en serio desquiciar con su tranquilidad y su magistral pilotaje al sosegado Bradl, tan consistente desde que empezó el Mundial. El alemán, de 21 años, terminó a solo dos décimas del español, lo mismo que De Angelis. Tras ellos tres, en la segunda línea, Luthi, Iannone y Aleix Espargaró, que hizo nun genial trabajo pese a estar todavía lastimado y forcejear con los médicos para que le dejaran competir habida cuenta de su reciente lesión en un par de vértebras. La mala fortuna, sin embargo, acompaña a Julián Simón, que sufrió una caída en los primeros giros de la sesión y se lastimó el dedo anular. Se perdió el resto de la práctica y todavía se desconoce si podrá correr el domingo.
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