Puro charrúa
El ruso Pérez, que pelea por todo el grupo, será la única novedad en la alineación de Uruguay
Los charrúas fueron un conjunto de pueblos amerindios que, a la llegada de los colonizadores españoles, ocupaban el área al norte y al sur del Río Negro. Los charrúas, que no fueron nunca un pueblo pacífico, se opusieron a tal colonización, siendo el primer episodio conocido la muerte de Juan Díaz Solís durante el descubrimiento del Río de la Plata. Tras el vocablo Charrúa se han postulado diferentes versiones de su origen. La mayoría de ellos hablan de su sanguinario valor: Los Arrebatados, Los Destructores, Los Jaguares.
Diego Lugano es un futbolista recio, duro, marcador central de la selección uruguaya, un tipo que jamás gira la cara ante nada en un campo de fútbol. No duda cuando se le pide que ponga cara a la esencia del charrúa en la selección: "El Ruso", señala convencido. "A Diego, en el campo le ves tranquilo, pero te acercas y sus ojos están llenos de sangre, las venas de su cuello hinchadas. Te abraza y es como si te estrujara".
El Ruso es Diego Pérez Aguado (Montevideo, 1980), que hoy volverá a la alineación tras perderse las semifinales. En cuartos, contra Argentina, después de marcar su primer gol con la selección uruguaya, fue expulsado. "Fue el peor día de mi carrera", reconoció después del partido, que siguió llorando en el vestuario. "Dejé tirados a mis compañeros, no me lo podía perdonar", explicó. "Yo me había olvidado de él durante el partido. Cuando llegué al vestuario y le vi, estaba destrozado", reconoce Forlán. Palito Pereira recuerda que le prometió que estarían en la final. "Estaba fatal y le dijimos que estuviera tranquilo, que le llevaríamos a la final. No le podíamos fallar ante Perú. Él se deja la vida por nosotros cada vez que pisa el campo". Lo ves fuera del terreno de juego y no parece el mismo. "Siempre fue muy tranquilito y muy bueno", recordaba su abuela durante el Mundial de Sudáfrica, donde por su garra se convirtió en ídolo absoluto de los seguidores celestes. "El travieso era Omar. Su hermano. Él no. Recuerdo que un día, cuando tenía tres o cuatro añitos, se me acercó y me dijo: 'Si te enfermas, yo te curaré". "Es la pura imagen del grupo. No pelea por él, pelea por todos", le reconoce Luis Suárez.
Alguien dijo: "El Ruso Pérez es capaz de cerrar una puerta giratoria". Pura alma charrúa.
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