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Guerrero rompe el sopor

Un gol del delantero peruano en el tramo final derrota a México en un partido espeso

Cuando parecía que Perú y México iban a firmar un nuevo empate en esta Copa América, apareció Guerrero y rompio el sopor. En una noche de fútbol intermitente y gradas desangeladas, la selección peruana encontró el premio de la victoria, que encarrila su pase a cuartos, con la insistencia como principal virtud.

El cuadro de Markarían salió dispuesto a marcar territorio, a consolidar la solvente apuesta que exhibió en su estreno ante Uruguay. Con las filas tensas y la determinación del que se sabe favorito, Perú buscó dar un golpe en la mesa ante los sub-21 mexicanos con Vargas como estilete. El carrilero del Fiorentina italiano adelantó su punto de partida en la pizarra franjirroja y se convirtió en un tormento para Aguilar. Acostumbrado a estirar su zancada desde el lateral de la defensa hasta la línea de fondo, Vargas se postuló como el mejor de los extremos. En el recorte de recorrido, Markarían buscaba un ahorro en el kilometraje para su estrella, aún entre algodones. Con Farfán y Pizarro caídos antes de la batalla, Vargas llegó a la Copa América con más horas de fisioterapia que de césped por una lesión muscular en el sóleo de la pierna derecha que mantuvo en vilo a todo el país.

Perú, 1; México, 0.

Perú: Fernández; Carmona, Acasiete, Rodríguez, Vílchez; Balbín, Cruzado (Guevara, m.76), Lobatón (Ballón, m,85), Vargas; Advíncula (Yotún, m.46) y Guerrero

México: Michel; Chávez (Ponce, m.74), Araujo, Reynoso, Aguilar (Pacheco, m.46); Mier, Reyes, Enríquez, Aquino(Peralta, m.86), Dos Santos y Márquez Lugo.

Gol: 1-0, m.83: Guerrero.

Árbitro: Sergio Pezotta (ARG). Mostró tarjeta amarilla a Mier y Reynoso.

Incidencias: Segunda jornada del grupo C de la Copa América 2011, disputado en el estadio Malvinas Argentinas, de la ciudad de Mendoza, ante unos 8.000 espectadores.

Pero a pesar del despliegue sin remilgos de su capitán, la verticalidad peruana se convirtió en retórica insustancial con el paso de los minutos. El balón comenzó a atascarse en el tapete y el criterio dimitió en favor del tedio.

Se destempló la noche y, con el partido en punto muerto, México aprovechó para aterrizar en Mendoza. Aunque fuera con media hora de retraso los de Luis Fernando Tena comenzaron a explorar tentativas más ambiciosas al ritmo que marcaba la proyección de sus hombres de banda. Aquino y sobre todo Chávez comenzaron a desperezar la ofensiva mexicana con excursiones al frente de ataque. Sin embargo, cada centro era un ejercicio de candidez. Con Giovanni bien atado por la defensa peruana, la pólvora de la tricolor carecía de sustancia.

Ante semejante panorama, el descanso era una necesidad para los contendientes y un alivio para la grada. Solo un puñado de valientes se apuntó a la doble jornada en Mendoza. El estadio Malvinas Argentinas registró una entrada lustrosa en el duelo que abría la jornada. Más de 3.000 uruguayos y un batallón de 30.000 chilenos abarrotaron las gradas pero con el pitido final, apenas quedaron sus ecos y un desierto de butacas.

El espectáculo derivó en una sucesión de bostezos y los cambios no sirvieron de revulsivo. Hipotensas y apocadas ambas selecciones se refugiaban en el orden táctico para disimular su falta de ideas.

México acumulaba piezas en su dique de contención para vivir tranquilo y se entregaba a la lotería del contragolpe como único argumento. Mientras Perú buscaba retomar la senda de los primeros minutos. Vargas recuperó el resuello y se elevó por encima del resto para buscar la victoria a fuerza de clase y oficio. Barrió todo el frente de ataque y disparó hasta en dos ocasiones a los postes su esfuerzo sin premio sirvió para inclinar el campo y aumentar la secuencia de ocasiones peruanas. Y la insistencia encontró el gol del triunfo a la salida de un córner. En una jugada trompicada y confusa, a imagen y semejanza del juego exhibido por ambos conjuntos, Guerrero aprovechó una sucesión de caracoleos y rechaces para marcar a puerta vacía su segundo tanto de la competición y rescatar a su equipo de las garras del muermo. No parece una cifra excelsa pero le sirve para situarse como pichichi de una competición, hasta el momento, cicatera con el fútbol y los goles.

Guerrero bate a Michel en el gol del triunfo peruano
Guerrero bate a Michel en el gol del triunfo peruanoREUTERS

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