Elena Rosell: "He aprendido a sufrir y aguantar"

Elena Rosell (Valencia, 1986) se convertirá el próximo fin de semana, en el circuito de Assen (GP de Holanda), en la primera española que competirá en el Mundial de motociclismo. Su misión, sustituir al lesionado Julián Simón, quinto clasificado en la categoría de Moto2. Por primera vez desde su fundación, en 1992, el equipo Aspar incorpora a una mujer para una competición. "Se barajaba la posibilidad desde hace tiempo, pero no me lo creía. Estoy nerviosa, contenta, ilusionada", dijo ayer durante una breve conversación telefónica. Hoy, todavía con el subidón de adrenalina después de los entrenamientos del Campeonato Español de Velocidad celebrados en Montmeló, en la categoría Stock Extreme -donde marcha cuarta en la general-, ya intentaba anticiparse a lo que le espera el próximo fin de semana: "Lo más complicado va a ser correr en un circuito que desconozco por completo y adquirir familiaridad con una moto que nunca he pilotado, pero confío en la ayuda de mi equipo".

Forjada en la cantera del Aspar Team, Elena Rosell llega al paddock mundial después de haber sido la primera mujer en ganar una prueba del campeonato de España, en 2009, en la Kawasaki Ninja Cup disputada en el circuito de Albacete. Competir con hombres no va a ser, pues, un novedad para ella. "Será un piloto más al que le costará un poco coger el ritmo. Pero al fin y al cabo hay solo una manera para subirte a una moto y con el casco y el mono no se va a notar la diferencia", opina Marc Márquez, actual campeón del mundo de 125cc y que este año compite en Moto2.

Alguna diferencia, sin embargo, puede encontrar. Así lo explica Simón, que estaba completando una buena temporada -todavía es quinto en la clasificación general con 49 puntos- antes de la lesión. "En 2004 corrí a lado de la checa Marketa Janakova y sí que notaba que le faltaba un poco de fuerza en el control de la moto, pero en una competición de velocidad no es un hándicap insalvable", comenta el español. "Este año he subido de categoría y estoy sufriendo un poco la potencia de la moto. El control es más brusco", confiesa, por su parte, Rosell, "pero no hay otra que entrenarse y mejorar este aspecto". La valenciana también recurre al triatlón, que práctica desde los 13 años. "Suple la preparación que no te da el campeonato, que solo tiene siete pruebas. Pero también me ayuda en el aspecto psicológico. Hay muchos momentos en los que te vienes abajo y aprendes a sufrir y a aguantar".

Precisamente, su capacidad de lucha es lo que más ensalza Simon: "Técnicamente, Elena es muy buena, agresiva, peleona, y no se acobardará por el hecho de ser la única mujer en la parrilla". La única sobre una moto, pero no en la parrilla, por la que también desfilan otras que protegen a los pilotos de las inclemencias del tiempo con un paraguas. "Para mi la mayoría son mujeres floreros", dijo en una ocasión. "No se trata de feminismo ni nada por el estilo, cada uno hace su trabajo. Pero este es un mundo en el que hay pocas mujeres que desempeñan otra función que no sea de imagen. Espero que cambie", matiza ahora Rosell.

Los antecedentes más recientes de mujeres que lograron pilotar en un Mundial son los de la checa Janakova, recordada por Simón, la húngara Nikoletta Kovacs (2007) y la alemana Katja Poensgen (2001-2003). Esta fue la última que consiguió puntuar; antes de ellas, solo fueron capaces de lograrlo la pionera finlandesa Taru Rinee en 1988 y la japonesa Tamoko Igata en 1994. Rosell se acuerda de Poengsen, pero, para aprender, toma a los hombres como referencia: "De Lorenzo me gusta su pilotaje, Dani Pedrosa es el mejor en levantar la moto después de las curvas; y, de Stoner, destaco su capacidad de adaptación, de rodar rápido desde el principio". El próximo fin de semana tendrá la oportunidad de espiar a todos ellos. Desde muy cerca.