A la vejez, anillos
Jason Kidd se convierte en el titular más veterano en ganar la NBA
"La primera vez que me compré una entrada para ver a los Mavericks fue por Jason Kidd", dijo anoche para terminar su rueda de prensa Mark Cuban, el propietario de la franquicia tejana, después de que esta ganara su primer anillo. El veterano base de 38 años, que ayer cuajó una sensacional actuación, se convirtió anoche en el titular más veterano que gana la NBA.
"Habláis mucho de ello, pero yo no siento que tenga 38 años", explicó Kidd. Desde luego, no lo pareció en el parqué. Emparejado varias veces con LeBron James -más rápido, 12 años más joven, 13 centímetros más alto y 18 kilos más pesado- sacó brillo a su veteranía para que el número seis de Miami siempre encontrara un brazo rival o acabara sumergido en una emboscada enemiga. "Tan solo he estado ahí diciéndoles a los compañeros que se relajaran y cómo defender", explicó quitándose méritos.
Mientras la lucidez de Barea y de Terry solucionaba la parcela ofensiva, el segundo jugador que más asistencias ha dado en la historia de la NBA siempre encontraba una tarea que hacer: dar una lección de veteranía forzando un fallo en ataque de Chalmers, al que le traicionaron los nervios en un contraataque que les hubiera puesto a cinco puntos; encontrar al compañero mejor colocado (repartió ocho pases de canasta, el que más del partido) o hacerse con un rebote (capturó cuatro, los mismos que James).
Incluso cuando todas las luces se apagaron en el ataque tejano, él asumió la responsabilidad de lanzar desde la larga distancia. Un punto débil en sus inicios pero en el que ahora, pese a prodigarse poco, se ha transformado en un jugador sólido, especialmente en casos de necesidad. Anoche, dos de sus triples, ambos en momentos complicados para Dallas, lograron frenar los intentos de reacción de Miami.
El más entusiasta en los elogios ha sido su entrenador, Rick Carslile, que no ha dudado en concederle unas habilidades especiales para comprender el baloncesto: "En mi tercer año aquí he aprendido mucho de todo el mundo, especialmente de Jason Kidd. Es increíble cómo entiende los partidos de una manera completamente distinta. Es una especie de savant. Ha sido emocionante y un privilegio pasar tiempo con él". Más sencillo, Kidd describió así su primer anillo, tras haber perdido las finales de 2002 y 2003 cuando jugaba en los Nets: "Vine aquí dos veces y esta es la tercera vez. A la tercera va la vencida. Ha sido un largo camino de 17 años".
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