Proyecto español, sueño galés
El Swansea, que cuenta con tres catalanes en su plantilla, alcanza la Premier.- La escalada a la élite del fútbol inglés empezó gracias a la contribución del actual técnico del Wigan, Roberto Martínez
Inglaterra ya tiene su Teatro de los Sueños. Así se conoce a Old Trafford, estadio del Manchester United. No obstante, el renovado Wembley de Londres merecería un nombre que despertara la misma ilusión, expresara la misma magia que el fútbol es capaz de originar. El pasado lunes, 48 horas después de que el Barcelona levantara allí su cuarta Champions tras una actuación de ensueño, el mismo escenario testificó otro episodio deportivo de menor alcance e importancia, pero igual de histórico. El Swansea, equipo galés, certificó en la final de los playoffs de ascenso su regreso a la Primera División inglés, 28 años después su última comparecencia, al ganar por 4 a 2 al Reading, y se convirtió en el primer club de Gales en tener el derecho de jugar en la Premier League, desde que la élite del fútbol británico fue así rebautizada en 1992.
Las taquillas de Wembley contabilizaron, la noche del epílogo de la Liga de los Campeones, 87.695 presencias. Dos días después, para el desenlace de la Segunda División inglesa (el Queen's Park Rangers y el Norwich City ascendieron por vía directa), los espectadores eran apenas un millar menos: 86.581. La mitad de ellos procedía de Swansea; es decir, la cuarta parte de la población de una ciudad galesa asomada al Océano Atlántico que el próximo curso recibirá al Manchester United de Rooney y Giggs, y al Chelsea de Cech y Torres, entre otros. También se cruzarán con ellos los españoles que contribuyeron al ascenso del club: Andrea Orlandi, Albert Serran y Àngel Rangel, único titular de los tres catalanes de la plantilla, desembarcados en este rincón de la isla británica durante la gestión de Roberto Martínez, hoy entrenador del Wigan y que con el Swansea se desempeñó antes en el campo (desde 2003 hasta 2006) y luego en el banquillo (2007-2009).
"Viví el momento más dramático del club, en la League Two [cuarta división], cuando estuvimos a un paso de descender al fútbol no profesional, lo que habría implicado probablemente la desaparición del Swansea", recuerda Roberto Martínez en una conversación telefónica, orgulloso por la culminación de un proyecto que él contribuyó a construir. "Llegué a mitad de la temporada, empezamos a ganar partidos y nos salvamos en el último suspiro, al remontar frente al Hull. Ganamos 4-2 gracias a un penalti que hoy definiría como dudoso", señala; "recuerdo que había 11.000 espectadores en el viejo estadio y 3.000 personas que se quedaron fuera. Aquel día nos llegaron faxes de Rusia, Sudáfrica, dondequiera había un aficionado del Swansea, estaba pendiente del destino de su equipo".
Martínez se convertiría en el capitán de aquel conjunto y ascendería una categoría jugando en el centro del campo. En 2007, tomaría las riendas como manager y construiría otro Spanish team en el fútbol británico, a la sombra del más famoso Liverpool de Rafa Benítez. "Cambié la mentalidad fichando a muchos españoles habilidosos con la pelota e introduciendo un fútbol de posesión y paciencia en un mundo como el galés, muy influenciado por el rugby, el deporte nacional. La gente tardó en entenderlo; nos abucheaban, querían un fútbol directo y nosotros sumábamos 600 pases por partido, una barbaridad en esas categorías", cuenta el entrenador del Wigan.
Con ese estilo que generaba recelos en la afición, llevó al equipo a disputar la Championship y allí lo dejó para ir a entrenar en la Premier. Su herencia la tomaron el portugués Paulo Sousa por un año y luego el inglés Brendan Rodgers, que logró el ascenso al primer intento y subiendo la apuesta de Martínez, hasta el punto de que los periódicos británicos han llegado a comparar el juego de los cisnes galeses con el del Barça, afinidad que se ha remarcado aún más tras lograr el ascenso sobre el mismo césped del triunfo europeo de los azulgrana. "Rodgers habla castellano, es entusiasta del fútbol español y del Barcelona de Guardiola. Sin duda, es uno de los entrenadores con más proyección en Inglaterra", comenta Martínez, que le conoce personalmente.
Rodgers, de 38 años, fue reclutado por José Mourinho cuando este dirigía al Chelsea. Lo puso como técnico del equipo de reservas de los blues. Sin embargo, Rodgers reivindica que su formación no tiene deudas que pagar, defendiendo un estilo a las antípodas del técnico blanco y que le ha permitido emular a John Benjamin Toshack, el entrenador galés que guió en España, entre otros, a la Real Sociedad y al Madrid de la temporada 1989-90, la de los 107 goles.
Thosack empezó su carrera como preparador precisamente en este pequeño club galés y de manera fulgurante: en cuatro años lo llevó desde la Cuarta a la Primera División, donde aguantó dos temporadas antes de que el equipo volviera a caer hasta el abismo, de donde lo recogió Roberto Martínez. "John colocó la semilla del buen juego en el Swansea y, de paso, lo puso en el mapa del fútbol británico", admite Martínez, que, por su parte, ha colaborado decididamente a que esta marca no se borrara. Ahora, será su rival.
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