El Getafe se sacude el miedo

El Getafe descubrió la victoria once jornadas después y aplazó sus angustias. La puesta en escena de los de Míchel tuvo aires de desquite. Los azulones, tensos por la necesidad, se sacudieron sus miedos y, sin renunciar a su idea de juego combinativo, defensa adelantada y posesiones masticadas, acogotaron a un rival más preocupado por la contención que por desplegar alguna propuesta ofensiva.

Manzano se parapetó de inicio con una defensa de tres centrales y el infatigable despliegue de Medel para ponerle freno al vértigo ofensivo de la pizarra de Míchel, con Parejo, Sardinero, Colunga y Miku.

Ambos equipos se presentaban sin alas. Manu, Pedro Ríos y Gavilán eran bajan en los locales. Navas y Perotti en los visitantes. Perdido el vuelo por los extremos el debate se trasladó al centro del campo. En ese territorio, el Sevilla apostó por el trazo grueso, el músculo y la fricción. En la escaramuza perdió efervescencia el plan de los de Michel. De espíritu quebradizo, el cuadro azulón interpretó el paso de los minutos con la angustia de una cuenta atrás y precipitó su propuesta ante un rival que aún mantiene una fina capa del barniz competitivo que le encumbró no hace mucho y le sostiene en las tardes grises.

Solo el Getafe quería. El Sevilla, huérfano sin Navas y Kanouté, proponía armisticio hasta que un disparo de Renato tocó a rebato. Pero entonces, el genio de Parejo y el desatino de Fazio aplazaron la agonía del Getafe. Un balón picado por el centrocampista azulón encontró la complicidad del espigado central del Sevilla que no acertó a despejar y dejó el balón a los pies de Miku que fusiló con rabia y potencia a Varas. La celebración escenificó la liberación de un equipo atenazado que once jornadas después retomaba las sensaciones del triunfo.

Getafe 1 - Sevilla 0