Superlativo Soldado
El delantero del Valencia fulmina al Getafe con cuatro goles en su regreso al Coliséum
Soldado arrolló a su antiguo equipo con una actuación superlativa que le permitió entrar en la historia del Valencia. El delantero evidenció la superioridad del grupo de Emery sobre el Getafe, el que le promocionó para misiones superiores, y se convirtió en el primer jugador valencianista en marcar cuatro goles fuera de casa en la Liga. No marcaba desde el 22 de enero y hasta anoche llevaba seis tantos. Pero en su regreso al Coliséum dio un curso de contundencia, puntería y determinación. Cuatro tantos en cuatro remates a puerta.
El Getafe ha perdido definitivamente el camino de la victoria. La última que refleja su expediente data de hace casi dos meses y además es hasta el momento la única que ha firmado en lo que va de año. Tras semanas en tierra de nadie, a los azulones no les llega la camisa al cuerpo ante la amenaza que se les avecina.
Getafe 2, Valencia, 4
Getafe: Ustari; Miguel Torres, "Cata" Díaz, Marcano, Mané; Mosquera (Víctor, min. 65), Borja (Adrián Sardinero, min. 67); Arizmendi (Pedro Ríos, min. 65), Parejo, Manu; Miku.
Valencia: César; Bruno, Ricardo Costa, Dealbert, Mathieu (Jordi Alba, min. 77); Tino Costa (Stankevicius, min. 56), Topal; Pablo Hernández, Jonás (Maduro, min. 78) Mata; Soldado.
Goles: 1-0, min. 12: Manu del Moral. 1-1, min. 46: Soldado. 1-2, min. 65: Soldado. 1-3, min. 66: Soldado. 1-4, min. 75: Soldado. 2-4, min. 87: Adrián Sardinero.
Arbitro: Delgado Ferreiro (Comité Vasco). Mostró cartulina amarilla
a Dealbert (min. 17) y Jonas (min.78) por parte visitante y a "Cata"
Díaz (min. 41) por parte local.
El Valencia llegaba mustio. Las dos últimas derrotas ligueras refrendaron su estado de depresión después de que el Schalke pusiera fin a su andadura europea. Pero Getafe se ha convertido en una plaza fácil y reconstituyente, máxime para equipos solventes como el de Emery, al que le sobran recursos para amarrar su plaza de Liga de Campeones.
El comienzo del encuentro fue un espejismo. Mientras el Valencia se perdía en posesiones retóricas, el Getafe desplegaba ataques vertiginosos cuando alcanzaba el balón. Topal y Tino Costa solapaban sus funciones defensivas y dimitían a la hora de dar vuelo al argumentario ofensivo valencianista, que, de inicio, solo sobrevivía gracias al brío de Soldado. El punta anunció pronto lo mejor de su repertorio, pero, con Mata y Pablo Hernández desactivados, sus primeros intentos se convirtieron en ofuscadas aventuras en solitario. Mientras tanto, los locales ahorraban trámites cuando se aproximaban a la meta de César.
Manu del Moral encontró de entrada una autopista en la banda izquierda para trazar diagonales cargadas de intención. El capitán azulón descorchó el partido con una arrancada que halló la complicidad de Mosquera. El centrocampista le devolvió de tacón una pared que finalizó con el latigazo de Manu desde la frontal.
Pero, a pesar de que el panorama se anunciaba alentador, al Getafe le falta poso y recursos para cerrar los partidos. El Valencia solo necesitó escenificar su necesidad para atosigar a los locales. La mera inercia empujó a los de Míchel contra su área en una contención de cartón piedra.
Apenas se habían cumplido unos segundos del segundo tiempo cuando Mata enhebró un pase genial a la espalda de Cata Díaz y por allí se coló Soldado, que con un sutil toque de puntera superó la inconsistente salida de Ustari. Ahí se acabó el Getafe.
De nuevo inertes ante la adversidad, los azulones se descosieron en el segundo acto. Soldado volvió a retratar a la defensa local con el segundo tanto, calcado del anterior. Jonás ejerció de Mata y el delantero certificó que iba a ser su noche. En apenas 15 minutos, Soldado completó un triplete aprovechando un error de bulto de Mané.
No conforme con el botín, aumentó el castigo a su exequipo con su cuarto tanto, en el que fusiló a Ustari tras un centro de rosca de Mata, que destiló clase y se manejó a su antojo durante el segundo tiempo. Sardinero aminoró el sonrojo a última hora.
César, portero más veterano
César Sánchez se convirtió anoche en el portero de más edad en disputar un partido de Primera División. El valencianista, con 39 años y 212 días, superó el récord del argentino Carlos Fenoy, que concluyó su carrera en el Valladolid con 39 años y 199 días. Armando, que se retiró la temporada pasada en el Athletic, y Ricardo, de Osasuna, completan el ránking de longevidad bajo los palos en la Liga.
Recuperó César la titularidad en el Coliséum Alfonso Pérez cinco meses después de lesionarse ante el Sevilla. Lo hizo por los problemas en la muñeca de Guaita. El joven arquero, de 24 años, que no entró en la convocatoria, conoció en la madrugada del viernes al sábado el fallecimiento de su padre por un infarto. Los jugadores de Getafe y el Valencia llevaron brazaletes negros en señal de luto.
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