El Sevilla castiga al Valencia
Las paradas de Varas y la clase de Rakitic hurgan en las heridas del equipo de Emery
Las paradas de balonmano de Javi Varas y el criterio en la dirección sevillista de Rakitic castigaron a un Valencia todavía convaleciente de su eliminación en Champions ante el Schalke. Ya son tres derrotas consecutivas muy dolorosas para la hinchada de Mestalla y para las posibilidades de renovación de su entrenador, Unai Emery. El Sevilla confirmó las sensaciones de su segunda parte ante el Barça la semana anterior, en una alineación ya reconocible con Medel como guardián de la clase de Rakitic, depurada por Kanouté en la media punta y el gatillo de Negredo como única punta. Pero, sobre todo, fue la confirmación de Javi Varas como portero del Sevilla en una temporada en que otros jóvenes arqueros han conseguido abrirse un hueco. Guaita, por ejemplo, estuvo espléndido.
VALENCIA, 0- SEVILLA, 1
Valencia: Guaita, Bruno, David Navarro (Banega, m.54), Dealbert, Mathieu (Jordi Alba, m.78), Topal, Tino Costa, Joaquín, Jonas (Aduriz, m.75), Mata y Soldado.
Sevilla: Javi Varas, Alexis, Fazio, Escudé, Dabo, Medel (Zokora, m.79), Javi Navas, Rakitic, Perotti (Capel, m.90+), Kanouté y Negredo (Renato, m.90+).
Gol: 0-1, m.69: Rakitic.
Árbitro: Velasco Carballo (colegio madrileño). Mostró tarjeta amarilla a los valencianistas Bruno y Joaquín y a sevillista Alexis
40.000 espectadores. Terreno de juego en buenas condiciones. Se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas del terremoto y el posterior tsunami de Japón.
Muy superior en el centro del campo, el Sevilla convirtió la primera parte en un duelo digno de ok corral con Guaita. Le disparó por tierra, mar y aire, pero el joven portero valenciano repelió todas las balas. Los ojos se le abrieron como platos a Navas cuando observó que su tirazo cruzado no había acabado entre las redes. Lo evitó una mano instintiva de Guaita, como si espantara una mosca, que envió la pelota al larguero antes de marcharse fuera. El balón se puso claramente de parte de Rakitic, que lo distribuyó a su antojo, teniendo siempre salidas a través de Navas, Kanouté y Negredo.
Postergado a la suplencia Ever Banega, Tino Costa naufragó una vez más en labores organizativas, obligando a que el arranque del juego partiera de los centrales, David Navarro y Dealbert, propiciando el enfado creciente de la grada de Mestalla.
Aun así, el Valencia dispuso de ocasiones muy nítidas, aprovechando que la defensa sevillista sigue siendo una de las más generosas de la Liga. El doble regate de Joaquín dentro del área se encontró con un placaje de Davo que el árbitro pasó por alto como si nada. Los defensas estaban claudicando ante los delanteros.
Pese a la amenaza latente sobre Mestalla, Emery no movió pieza en el descanso. El Sevilla siguió llevando la iniciativa y hostigando la meta de Guaita. El Valencia daba algún arañazo: Jonas explicó con un disparo al palo, muy seco, por qué le llamaban en Brasil El Detonador. Emery dio paso a Banega retrasando a Topal al centro de la defensa. Es decir, Ever pasó a jugar por el centro con Tino Costa. El Valencia lo agradeció y Mata envió un globo al larguero, despejado por Javi Varas mientras retrocedía hacia su portería. El partido dio un brinco y Javi Varas empezó a rechazar remates con todas las partes del cuerpo. Era una noche para los porteros.
Mestalla disfrutó de una secuencia de pases de su equipo. En su duelo particular, Davo soltó un manotazo en los morros de Joaquín, otra vez dentro del área, de nuevo obviada por el árbitro. El Sevilla menguó en sus llegadas justo en el momento en que un rechazo se puso de su lado. Lo convirtió Rakitic en un zurdazo cruzado imposible para Guaita. Vino precedido de un mal despeje con la cabeza de Topal.
El Valencia atacó de manera agónica y el Sevilla administró la ventaja con la clase de Rakitic y los reflejos de Javi Varas. Guaita salvó la sentencia de Negredo y el partido, en efecto, era de los porteros.
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