El Sporting respira, protesta el Almería

Tras el pitido final, los jugadores del Sporting celebraban y los del Almería acosaban, enfadados, a Turienzo Álvarez y a uno de sus ayudantes. El origen era el mismo, con muy diversas consecuencias: el único gol del partido llegó, según los defensas del Almería, tras un control con el brazo de De las Cuevas. Ese detalle fue suficiente para hacer felices a unos y hundir en la miseria a otros.

El Sporting ha acumulado tanta autoestima en las últimas jornadas que afronta los partidos, sobre todo en El Molinón, con una confianza desbordante. Por eso no necesitó ni jugar bien para poner de cara un partido que se antojaba vital. Sobre todo para el Almería, que parte con desventaja en este sprint por la permanencia de las diez últimas jornadas.

Como tantas otras veces, el Sporting sólo necesitó a activar a De las Cuevas y a Diego Castro, los jugadores que desequilibran a las defensas rivales. No es casualidad que ellos estuvieran en el origen y el desenlace de la jugada del 1-0, protestada por los defensas del Almería al entender que De las Cuevas se había ayudado del brazo para acomodar el balón antes de marcar.

Era un escenario muy favorable para que el Sporting luciese su contragolpe, pero la ventaja sólo sirvió para calmar su ambición. Desde el minuto 12, los de Preciado pensaron más en lo que podían perder que en asegurar la victoria. Como el Almería no estuvo tan chisposo como otras veces, el aburrimiento se adueñó de todo. Los andaluces sólo dejaron detalles de su potencial ofensivo muy al final, cuando Oltra llenó el área de delanteros. Pero Goitom, negado, ni siquiera se aprovechó de la patada al aire de Juan Pablo en una salida fuera del área.

En la última jugada del partido, un remate del Almería se estrelló en la cara de Eguren. Los almerienses saltaron como resortes para pedir penalti, pero ni el asistente más próximo ni el árbitro hicieron caso. Y, entonces, con todo perdido, algunos jugadores descargaron su frustración.

Sporting 1 - Almería 0