Sin laterales, bien vale un delantero
Óscar de Marcos será el sustituto del sancionado Iraola, reconvirtiendo, como él, su posición de atacante en defensa
Siguiendo su última línea de transparencia, Joaquín Caparrós ha anunciado con tiempo suficiente que Óscar De Marcos será el lateral derecho del Athletic frente al Valencia, en ausencia del sancionado Iraola. El lateral de Usurbil es el fijo número 2 (aunque luzca el 15) que siempre se pierde un partido por temporada por acumulación de amonestaciones. Iraola no tiene recambio natural. Ninguno de los futbolistas de la plantilla rojiblanca tiene la vitola de lateral derecho. Tampoco Iraola la tuvo cuando llegó al Athletic, que era un centrocampista dispuesto a jugar en la banda derecha o en la media punta. Él mismo se fue dando cuenta de que era más feliz con el campo por delante que con la portería por detrás, y Valverde le retrasó a la postura de lateral en la que se ha hecho un fijo y ha amagado con la selección, incluso.
Dicen los históricos que en el fútbol solo hay dos posiciones definidas, la del portero, que evita los goles, y la del antero centro, que los consigue. Ahí si hay una cuestión genética, que se tiene o no se tiene. Hay malos futbolistas que hacen goles y buenos futbolistas que los escasean. La genética manda.
Óscar de Marcos será la enésima reconversión de un delantero en lateral, habitual en el Athletic y en el resto de equipos. "En el fondo, el lateral no existe, hay que inventarlo", dice un veterano rojiblanco. Las condiciones lo harán bueno o malo. Arteche, Saez, Lasa, Zubiaga, saltando décadas, fueron corriendo metros hacia atrás convirtiendo su posición original de extremos o delanteros centro (en el caso de Zubiaga) en la de defensa derecho o izquierdo.
De Marcos no es sino un eslabón más en la cadena. El exfutbolista del Alavés nació en la banda por su velocidad e impronta ofensiva y ahora Caparrós encuentra que esas condiciones son las más similares a las que le ofrece Iraola. La banda izquierda del Athletic es más defensiva, de escasa inventiva y poco segura en el centro, por lo que todo se vuelca al otro costado cuando de atacar se trata. De Marcos garantiza el recuerdo cercano del extremo o delantero que es para impulsar al colectivo y que no extrañe las constantes subidas de Iraola en apoyo de David López o Susaeta. La duda será, naturalmente, la aplicación defensiva, más ante un equipo acreditado como el Valencia. Otra vez la teoría de la manta que cubre los pies o la cabeza. Nunca ambas cosas han sido posibles.
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