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"Benzema mejora, mejora y mejora"

Mourinho elogia al goleador, pero se muestra más vehemente al criticar al árbitro

Hay cosas que emocionan más a José Mourinho que una buena noticia. Las cuestiones judiciales del juego, por ejemplo, le revolucionan el sistema nervioso de un modo especial. Ayer no fue la excepción. El árbitro, Wolfgang Stark, dejó de pitar un penalti cuando Gourcuff tocó el balón con un codo y el asunto alborotó tanto al entrenador del Madrid que salió del campo y dedicó una hora a lamentar la incompetencia del juez ante los medios. Cuando alguien le preguntó por la buena noticia de la noche, se quedó perplejo. Como extrañado. O como si en el proceso de quejas se hubiese olvidado del gol que había marcado Benzema. El gol que da vida a su equipo para el partido de vuelta, en el Bernabéu.

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"Benzema ha entrado bien", dijo Mourinho como despertando de un duermevela; "yo sabía que el partido sería así. Con un primer tiempo igualado, con mucha presión por parte de los dos equipos y con la necesidad de salir con balones largos. Ellos, con pases a Gomis. Nosotros, con pases a Adebayor. En la segunda parte hubo muchos más espacios. Y en los espacios Karim tiene una gran calidad".

Quizás desde la banda Mourinho no pudo percibir que Benzema no solo no dispuso de muchos espacios, sino que logró el gol en el área chica, rodeado de rivales. En dos metros superpoblados y sin tiempo para pensar. Benzema marcó el primer tanto de la historia del Madrid en Gerland. "Fue mi gol más rápido", dijo; "no tardé ni dos minutos en meterlo desde que entré a jugar. Ha sido muy importante, pero no lo he querido celebrar por respeto a los hinchas del Lyon".

Benzema, que marcó contra la curva en la que se alojan los gones, los fanáticos del Olympique, hizo su breve análisis sin sonreír. Serio como en un velatorio. Tampoco demostró mucha alegría Mourinho, que hace dos meses dijo que el francés no hacía goles y desde entonces no para de marcar tantos importantes. El de la ida de la semifinal de Copa contra el Sevilla también fue suyo. Y también el que abrió el marcador frente al Levante el sábado pasado. "Está bien", dijo el técnico, puesto a explicar la evolución del jugador en estas semanas; "está bien... Mejora, mejora y mejora. Está en condiciones de ser titular en el Madrid. Obviamente, tenemos dos delanteros y tendremos tres cuando Higuaín regrese. Pero Karim ha mejorado muchísimo. Tanto defensiva como ofensivamente. Su carácter en el campo también hay que destacarlo. Me ha sabido mal dejarlo en el banquillo. Sabía que era su casa. El partido tenía un significado especial para él. Pero también sabía que este partido tendría un desgaste muy grande en el primer tiempo y pensé que sería mejor que entrase cuando ellos se cansaran. Y mi decisión me parece que ha sido buena".

Como las reivindicaciones encienden a Mourinho más que las celebraciones, resultó más vehemente cuando criticó a Stark por no pitar un penalti de Gourcouff. "Los errores, cuando el árbitro está cansado y llega tarde al área o no puede seguir la jugada, se tienen que aceptar", reflexionó; "otras situaciones son inaceptables. A balón parado, están colocados y es fácil analizar la jugada. Es sencillo ver lo que sucede. Yo lo he visto a 50 metros. Y he visto que el árbitro y su ayudante de detrás de la portería estaban a cinco metros. Lo han visto y no han pitado. Esto es obvio. La Champions es la mejor competición, en la que están los mejores árbitros. Y hay cuatro ojos para mirar esa acción. Puede ser decisiva. Esperemos que no. Esperemos que pasemos la eliminatoria. ¿Cómo se justifica si este penalti no señalado es decisivo? En Almería, Pérez Lasa estaba solo. Igual: fue una barrera y una mano clara que nos impidió obtener los tres puntos. Pero en Almería eran dos ojos. Hoy eran cuatro".

El técnico del Lyon, Claude Puel, ni se acordó de los árbitros al salir de Gerland. Sus ojos, habitualmente hundidos en la frente abombada, estaban más hundidos que nunca: "Queríamos no encajar un gol y lo encajamos".

Mourinho da instrucciones durante el partido ante el Lyon.
Mourinho da instrucciones durante el partido ante el Lyon.EFE

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