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Dos segundos de Di María

Una incursión explosiva del extremo argentino en el arranque del partido hace claudicar al Levante, derrotado sin problemas por el Madrid

El Madrid y el Levante completaron uno de los partidos con menos trama de la temporada en Chamartín. Unos, porque ahorraron energía para la Liga de Campeones. Otros, porque tomaron tantas precauciones que a la hora de las decisiones optaron por no decidir nada. La velada fue soporífera, sólo interrumpida por las animadas discusiones de Cristiano y Ballesteros, y por una incursión maravillosa de Di María. Un par de amagues, dos regates eléctricos, y un centro que contuvo en una sola maniobra toda la maravilla de un partido aburrido. En dos segundos todo había acabado.

El Levante entró en el campo arrastrando complejos. Le faltó decisión, quizá inhibido por el 8-0 que sufrió en la Copa. No supo qué clase de partido jugar, a donde situar sus líneas, cómo defender ni cómo atacar. Empezó por replegarse sobre su área con una línea de cinco defensas. Alrededor de Munúa se formó mucha gente, pero mal parada, y mal socorrida por los centrocampistas. A Mourinho sólo le faltó el 'walkie-talkie'. El técnico dirigió a sus jugadores de pie en la zona técnica, sin protegerse de la lluvia ni por un momento, dramatizando el encuentro y voceando órdenes continuamente, sobre todo a Di María, al que empleó como un bisturí. El extremo hizo lo que vienen haciendo los extremos desde que existe el fútbol: jugársela mano a mano y desbaratar la presión.

Real Madrid 2 - Levante 0

Real Madrid: Adán; Sergio Ramos, Raúl Albiol, Carvalho, Marcelo; Khedira, Lass; Di María (Adebayor, m.76), Kaká (Özil, m.76), Cristiano Ronaldo; y Benzema (Gago, m.85).

Levante: Munúa; Cerra, Nano, Ballesteros, Del Horno; Juanfran, Xavi Torres (Lois, m.79), Iborra, Valdo; Xisco (Montero, m.61) y Caicedo (Stuani, m.73).

Goles: 1-0, m.6: Benzema. 2-0, m.40: Carvalho.

Árbitro: Teixeira Vitienes (Comité Cántabro). Amonestó a Sergio Ramos (30) y Lass (57) por el Real Madrid, y a Caicedo (44) y Ballesteros (83) por el Levante.

Incidencias: encuentro correspondiente a la 24a jornada de Primera división, disputado bajo la lluvia en el estadio Santiago Bernabéu, ante la presencia de 65.000 espectadores.

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No habían transcurrido cinco minutos cuando Di María ya había encarado a Juanfran pegado a la raya. El lateral salió a buscarle y se llevó el balón, pero a su espalda dejó diez metros libres. Mourinho señaló el hueco, Di María insistió obediente, y en la jugada siguiente fintó con éxito a su marcador. Juanfran perdió el duelo y cuando Del Horno acudió a corregir se pasó de frenada. Iborra debió auxiliar a sus compañeros pero llegó tarde y para entonces el intruso ya había pisado el hormiguero. Su centro, con la derecha, desorientó a Munúa y encontró a Benzema en el segundo palo. El francés definió a un toque, cosa inusual en él, y desmontó los borrosos planes del Levante.

Mourinho presentó una alineación de transición. La medida fue arriesgada porque implicó la reserva de Xabi y Özil, los jugadores que tienen mayor impacto en el diseño del juego, y porque no incluyó en el armazón a ningún centrocampista con sentido del pase. Tan poco le interesa al entrenador darle un poco de creatividad a su medio campo que Granero y Pedro León vieron el partido en sus casas. Jugaron Lass y Khedira y un rumor de sospecha se extendió por las gradas. El precedente, contra el Mallorca, acarreó una de las noches más complicadas del equipo en Chamartín. Pero ayer fue otra historia. El Levante no supo explotar la falta de recursos del Madrid en la salida del juego. El repliegue de la línea de Ballesteros fue tan profundo que el Madrid no tuvo problemas para administrar la pelota. Sólo Caicedo generó algunas dificultades, bajando balones largos para la llegada de Valdo o Xisco. Pero fueron fogonazos. Acciones aisladas llevadas con timidez. Khedira y Lass, dos especialistas en defender pelotazos frontales, desactivaron las intentonas ante la mirada distendida de sus centrales. Después jugaron. Y lo hicieron con su habitual falta de matices. Ni están para hilar fino ni fue necesario que brillaran con la pelota. Se limitaron a echar pases largos para que los jugadores de banda progresaran hasta el fondo. Por ahí apareció Di María. Por ahí ganó el partido el Madrid.

El gol no añadió nada al partido, que se jugó con la misma lentitud con la que empezó. Al Levante no le interesó alborotar a nadie y procuró cortar el juego en la medida de sus posibilidades. Lo hizo mal porque sus centrocampistas no se coordinaron bien con los defensas para hacer la presión. Las líneas se abrieron y los atacantes del Madrid no dejaron de amenazar a Ballesteros y su escolta. El Levante se metió tanto en su área que se expuso a las llegadas madridistas. Di María exigió una estirada de Munúa con un zurdazo que envió el balón pegado al palo izquierdo del portero. Marcelo pudo meter el segundo en otra acción.

El partido discurrió hacia la pesadumbre con el primer gol y se terminó de apagar antes del descanso. Una falta lateral mal defendida por el Levante propició el gol de Carvalho, que empujó el centro de Cristiano, aprovechándose de la descolocación de la barrera. Así se acabó la primera parte. El segundo tiempo abundó en el mismo guión. Repliegue del Levante, balón al Madrid, y sopor. Nunca antes Khedira tuvo tanto la pelota. Se hartó. La tocó mucho más que Kaká, que, salvando dos acelerones, pasó otro partido desapercibido.

Los goleadores del partido, Benzema y Carvalho
Los goleadores del partido, Benzema y CarvalhoREUTERS
Di María abraza a Benzema
Di María abraza a BenzemaAP
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