Osasuna destituye a Camacho

"Estoy triste, porque no me dejan trabajar". Así se marcha José Antonio Camacho de Osasuna, que esta mañana ha anunciado la destitución fulminante del técnico después de que el equipo navarro cayera ayer frente a la Real Sociedad (1-0) en Anoeta. Una derrota que deja a los rojillos en puestos de descenso y que ha precipitado la decisión de la junta directiva, que pretende voltear la trayectoria descendente del cuadro pamplonés. Ahora, en las oficinas del Reyno de Navarra suena con fuerza el nombre de José Luis Mendilíbar, ex del Athletic y el Valladolid, que podría convertirse hoy mismo en el sucesor de Camacho en el banquillo.

Apesadumbrado, con un aire de resignación, el técnico de Cieza ha abordado las preguntas de los periosdistas instantes después de que el presidente Patxi Izco haya anunciado su destitución a primera hora de la mañana. "Me ha merecido la pena mi etapa en Osasuna y he estado encantadísimo en Pamplona", ha subrayado, a la vez que no ha ocultado un cierto sentimiento de amargura porque abandona el club "aburrido de no poder entrenar".

Desde que aterrizase en Pamplona en octubre de 2008 para relevar a Cuco Ziganda, un sector de la grada reclamaba con insistencia la cabeza del preparador, de pasado madridista y también seleccionador español durante cuatro años. Incluso, nada más finalizar su primera campaña, el núcleo duro del vestuario pidió a Izco un cambio en el banquillo.

Camacho, que cumplía su tercera temporada en el club, ha asegurado: "Solo me interesa que Osasuna sea feliz y no es mi estilo meterme con nadie. Respeto las críticas, pero sólo entiendo las críticas basadas en razones deportivas". "Los entrenadores pagamos el fuego y pagamos el pato. Son decisiones de junta directiva y no nos compete. Siempre he estado involucrado desde el primer minuto hasta el último", ha justificado.

Más allá de la polémica, el que fuese entrenador del Espanyol, Sevilla o Benfica entre otros, ha querido destacar que en los dos años que ha permanecido allí logró evitar el descenso del equipo a Segunda. "Hemos cumplido los objetivos los dos últimos años y esta temporada no iba a ser menos", ha matizado. "Los entrenadores pagamos el fuego y pagamos el pato. Son decisiones de junta directiva y no nos compete. Siempre he estado involucrado desde el primer minuto hasta el último", ha recalcado.

No obstante, deja a Osasuna en una situación delicada: decimoctavo, con 22 puntos -a uno de la salvación- y una sola victoria en las últimas once jornadas. Además, los navarros acumulan una nefasta estadística como visitante, ya que llevan más de un año sin firmar una victoria a domicilio. "No va a haber ningún problema para que Osasuna se salve de nuevo esta temporada. Vine con un objetivo, que es que Osasuna esté en Primera y Osasuna está en Primera. Yo ya no puedo dar soluciones", ha argumentado.

Cerrado el episodio de Camacho, Osasuna podría apostar ahora por José Luis Mendilíbar, exentrenador del Eibar, Athletic y Valladolid, al que dirigió las últimas cuatro temporadas antes de ser destituido por la entidad pucelana. En las próximas horas se prevé que se cierre su desembarco en Pamplona.

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