"Pensé en Ramos de delantero centro"
Mourinho dice que manejó la alternativa de situar al sevillano en punta, en lugar de Benzema
El río bajaba revuelto y José Mourinho se arrojó a la corriente con esa mezcla ambivalente de motivaciones que caracteriza sus andanzas: un poco porque se lo pedía su deber y otro poco porque no pudo resistirse. El resultado fue una exhibición de ingenio táctico y una celebración fuera de lugar .
El técnico del Madrid celebró el cuarto gol en un lugar tan poco propicio como el área técnica del Villarreal. Quizá porque Juan Carlos Garrido había sido expulsado y vio un vacío, el hecho es que el portugués se lanzó a gritar y a gesticular de cara a los suplentes del equipo visitante. Cani se mosqueó y le arrojó un botellín a los pies. El preparador de porteros, Enrique Basauri, le pidió explicaciones al cuarto árbitro. La Policía Nacional acudió para evitar un enfrentamiento, armada de escudos. Y al acabar el partido los dos entrenadores se declararon víctimas de las circunstancias. El que ofreció las excusas más estridentes y sentimentales fue, como casi siempre, Mourinho. "El incidente es consecuencia de un estado de cosas donde todo lo que hago es siempre negativo. ¡Estamos así!", suspiró el entrenador, insinuando ser objeto de una campaña de descrédito.
"Juro por mi hijo que he ido a celebrar un gol con él", lamentó. "Mi hijo tiene su abono detrás del banquillo visitante. Ahí he comprado un abono para él y para la persona que lo acompaña. El banquillo del Villarreal ha pensado que estaba de cachondeo, provocando. Espero que crean que soy un padre completamente loco por sus hijos".
Garrido se mostró resignado: "Es muy difícil ganar aquí. En la segunda parte hay tres jugadas claras de tarjeta amarilla a Albiol, Benzema y Khedira. Creo que el árbitro aquí pita muy condicionado, con mucho miedo a equivocarse en contra del Madrid. Claramente nosotros no merecemos el mismo respeto arbitral. He visto que Di María está en fuera de juego en el tercer gol y participa en la jugada despistando a Diego López. Luego chuta Benzema y Cristiano se mete en fuera de juego. En la misma jugada hay dos fueras de juego. Luego el árbitro me expulsa sin que le dijera absolutamente nada. ¡Lo garantizo! Con el 4-2 Mourinho va a celebrar el gol en nuestro banquillo y el árbitro expulsa a Cani. Solo ha faltado que viniera la policía a sacarnos del campo".
El árbitro, Fernández Borbalán, apuntó en su acta que echó a Garrido por no quedarse quieto: "Salió de su área técnica con los brazos en alto haciendo observaciones de viva voz y de forma reiterada a mi árbitro asistente".
Mourinho no entró al trapo. Ahora dice que solo habla de los árbitros cuando le proporcionan pruebas documentales irrefutables en su contra. "Después del partido digo siempre lo mismo: si no lo he visto en la televisión no lo puedo comentar", zanjó.
Al conocer que Lass se había marchado del estadio muy enfadado con él porque creyó que le señaló como culpable del mal juego de la primera mitad, Mourinho explicó los cambios y llegó a decir que planeaba situar a Ramos en punta: "Para mí no es un problema [si Lass se quiere ir antes de que termine el partido]. Le he dado la confianza de ser titular otra vez. Es el séptimo partido consecutivo que es titular, como consecuencia de partidos fantásticos que ha hecho: Sevilla, Zaragoza... Ha sido importante. Me gusta decir a los jugadores que el que es titular no lo es para toda la vida. Y no basta con decirlo. Hay que hacerlo. Por otra parte, tenía estudiados una serie de cambios antes del descanso y necesitaba a Khedira para que se situara por delante de la defensa y jugar con solo tres atrás. Khedira tiene más capacidad de trabajo. Otra variante que me ofrecía Khedira era la de quitar a Albiol y retrasar a Khedira como central, cosa que hice cuando entró Kaká. Finalmente, Khedira me brindaba una última alternativa, que era jugar con Sergio Ramos de delantero centro. Para eso también necesitaba a Khedira atrás".
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