Suben las acciones de Benzema
El Madrid endosa una goleada histórica al Levante (8-0) con una formación más ofensiva que potenció la eficacia del delantero francés
Si Karim Benzema cotizara en bolsa los analistas dirían que se comporta con volatilidad. Ayer rebotaron las acciones del delantero francés, que dio la impresión de animarse y ofreció una exhibición corriendo a la espalda de los medios centros del Levante. Los estragos resultaron inevitables para el agobiado Munúa, convertido en recurso defensivo de última instancia debido a la actuación irregular de sus compañeros de zaga. El portero demostró que tiene buenas muñecas pero no logró evitar irse al descanso con cuatro goles en contra. Benzema hizo dos y sirvió uno en una velada difícil de calibrar. El Madrid destrozó a su adversario con tanta facilidad que impidió determinar la exactitud de sus méritos. No se sabe hasta qué punto se agrandó el Madrid y hasta qué punto fracasó su rival. En este sentido, el partido tuvo la tónica general de la temporada nacional, sea en Liga o en Copa: los más de 50.000 asistentes al Bernabéu contemplaron los acontecimientos con menos emoción que devoción. Tuvieron valor para afrontar una madrugada bajo la lluvia. Se llevaron el premio de la goleada.
Real Madrid, 8; Levante, 0
Real Madrid: Casillas; Lass, Pepe, Raúl Albiol, Marcelo; Xabi Alonso, Granero (Diarra, m.75); Cristiano Ronaldo, Özil (Pedro León, m.75), Di María; y Benzema (Morata, m.78).
Levante: Munúa; Cerra, Robusté, Ballesteros, Del Horno; Xisco Muñoz, Xavi Torres, Pallardó, Sergio (Rubén Suárez, m.58), Juanlu (Valdo, m.70); y Felipe Caicedo (Stuani, m.46).
Goles: 1-0, m.6: Benzema. 2-0, m.10: Özil. 3-0, m.31: Benzema. 4-0, m.45: Cristiano Ronaldo. 5-0, m.69: Benzema. 6-0, m.72: Cristiano Ronaldo. 7-0, m.74: Cristiano Ronaldo. 8-0, m.89: Pedro León.
Arbitro: Turienzo Alvarez (colegio castellano leonés). Amonestó a Raúl Albiol (21), Pepe (28), Di María (31), Granero (44) y Benzema (55) por el Real Madrid, y a Cerra (18), Juanlu (53), Robusté (55) y Del Horno
(76) por el Levante.
Encuentro de ida de los octavos de final de Copa del Rey, disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante la presencia de 50.000 espectadores.
Mourinho presentó una alineación alternativa. Al menos contra el Levante, el técnico tuvo la valentía de acompañar a Xabi Alonso con Granero, despejando el medio campo de especialistas en quitar balones. Khedira se quedó en su casa, aparentemente lesionado, pero seguramente convencido de que su primera temporada española puede ser menos agradable de lo previsto. Lass también abandonó el centro del campo para dar descanso a Ramos y funcionó mucho mejor como lateral derecho que como pivote. Con el panorama más despejado, Alonso operó con libertad para ocupar los espacios a su criterio y definió mejor sus funciones. A su lado, Granero se convirtió en un auténtico apoyo, capaz de cerrar, o de ofrecerse para desahogar el juego. A esta pareja se asoció Özil, que acudió al calor de los buenos pases. No necesitó más el equipo para agruparse, activar a los delanteros, sumar a los laterales, y manejar el partido con soltura y convicción. Al Levante le quedaron las dudas. Los volantes presionaron, los defensas recularon, y las vacilaciones abonaron su desdicha.
No se sabe si Mourinho se atreverá a prescindir de Khedira, uno de sus jugadores más queridos, en el futuro. De momento, la experiencia táctica del medio campo exaltó a los delanteros, que multiplicaron su presencia ofensiva y su capacidad de desborde. Lo agradeció Benzema, que desde los primeros minutos se puso frente a Munúa. Falló el primer remate pero tardó dos más en robarle un balón a Xabi Torres, tirarle un caño a Robusté, irse hacia afuera y volver adentro antes de regatear otra vez a Torres y definir al primer palo. Fue un gran gol y prefiguró un encuentro tan entretenido como poco competido. No tardó el Levante en perder otra pelota, tal vez con una falta de Cristiano de por medio, y de encajar el segundo. El portugués le ganó la espalda a la defensa y asistió a Özil, que tocó a la red tras un amague a Munúa.
Con la atormentada excepción de su portero, después del segundo gol, los jugadores del Levante no dieron la sensación de sufrir demasiado. Simplemente asumieron su papel de desbordados. La velocidad de Cristiano y Di María, y los pases de Özil, mantuvieron al equipo valenciano en estado de descomposición. Siempre mal parado y expuesto a los remates. Su mejor futbolista, Caicedo, solo recibió un buen balón en la primera parte. Se fue de Pepe y forzó una falta de Albiol en la frontal del área de Casillas. La acción lesionó a Caicedo, que no volvió a aparecer y fue sustituido en el descanso. García Plaza lo reservó para la Liga porque vio la Copa perdida.
Di María ya había desquiciado a Del Horno cuando le puso un balón largo a Benzema. No pudo interceptarlo Cerra y el delantero se puso delante del desgraciado Munúa antes de marcar con garbo. El cuarto sobrevino tras una jugada parecida. Marcelo metió el pelotazo, Benzema recibió, atacó el espacio y asistió a Cristiano.
Robusté intentó frenar a Benzema pegándole un manotazo en la cara. Le hizo falta pero no le amedrentó. Después de curarse la herida, el francés volvió a las andadas para coronar una magnífica jugada de Di María. Otro pelotazo, esta vez de Pepe, encontró el exterior del pie izquierdo del argentino a más de 50 metros. El hombre durmió el balón, mareó a Del Horno y le puso el centro a Benzema, que envió la pelota a la red con el exterior, suavemente, sobre la salida del portero. Cristiano a pase de Di María, otra vez Cristiano después de tirar una pared con Benzema, y Pedro León, acabaron por fusilar a Munúa. La goleada fue histórica y dejó al Madrid, a falta del trámite de la vuelta, virtualmente clasificado para la siguiente ronda.
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