Ellos son 'los otros'
Aunque pocos les conocen, Laia Sanz, Iván Cervantes y Antonio Albacete también ganan campeonatos con motos de trial y de enduro, o al volante de un camión
A ellos también les gusta dar gas. Y, de pequeños, se llenaron de barro hasta las cejas. Ellos son los otros, como responde Iván Cervantes (Tarragona, 28 años), cuatro veces campeón del mundo de enduro, para definir bajo una misma etiqueta a los campeones de las modalidades del motor con una repercusión infinitamente menor a la que tienen Jorge Lorenzo o Fernando Alonso. Pocos los conocen pero sus hazañas, en moto o camión, son tan espectaculares como las de los pilotos más conocidos de MotoGP o de la F-1.
Cervantes, por ejemplo, es el piloto de la modalidad de enduro más laureado de España: ganó dos títulos mundiales en la categoría menor (E1) y otros dos en la máxima categoría (E3); además, de uno indoor. Y asegura que le queda cuerda para rato. Proviene del motocross, donde tenía "un don", explica. Ese don consistía en adjudicarse la vuelta rápida para elegir la posición de salida. Y ese don le abrió las puertas del enduro: participó en una prueba por casualidad y se sorprendió a sí mismo en la especial cronometrada, es decir, lo esencial en una etapa. Y allí se quedó. El cambio fue duro. La modalidad es muy sacrificada: siete horas el sábado y otras siete el domingo. ¿Sin parar? Más o menos. "En los tramos de enlace, al paso por algún pueblo, para poner gasolina y comer algo: una barrita, un plátano o una bebida energética".
El piloto, ambicioso, cambió en 2010 KTM por Gas Gas. "Como Rossi, un piloto italiano que quiere ganar con una moto italiana. Yo también quiero ser el primer piloto español que gana con una fábrica española". El reto, dice, "va muy bien". Ganó en Túnez y la prueba de fuego la tendrá el 27 de noviembre en Génova, la primera cita del campeonato indoor. Piensa en hacer el Dakar. Algún día, porque de momento no se siente preparado. "Adoro el enduro. Y se me da muy bien. Quiero seguir ganando. El Dakar será para cerrar mi carrera".
A pesar de sus escasos 24 años sí dará ese paso Laia Sanz (Barcelona), nueve veces campeona de Europa de trial, las nueve de manera consecutiva, y diez veces campeona del mundo. Con dos años aprendió a ir en bici; y con cuatro le robó a su hermano Joan su Cota 25. Era la única chica en el campeonato de España cadete del año 2000; y lo ganó. Anécdotas con las que se construye la biografía de una campeona. Es la cara femenina del motociclismo en España. La dama del trial: ha logrado la mayoría de sus títulos ganando todas las carreras de la temporada. No tiene rival. Así que va sumando retos. Como participar en el primer mundial de enduro de féminas, un paso más para preparar el Dakar. Llega de Marruecos, donde ha estado preparándose físicamente en pistas pobladas de piedras y arena antes de cruzar el charco ?el Dakar se celebra en Argentina? en las mejores condiciones posibles.
Antonio Albacete (Madrid, 45 años) soñó con triunfar en la fórmula 1 desde que se montó en un kart por vez primera: "Una meta demasiado inalcanzable en aquella época en España", dice. Compitió en la fórmula 3000 en los ochenta y en el campeonato de turismo de España en los noventa. Pero ha encontrado la felicidad en la cabina de un camión: ha ganado hasta en tres ocasiones el Campeonato Europeo de camiones, la última este año. Un puñado de cabezas tractoras, "muy modificadas", adaptadas por dentro como cualquier turismo de rallies, con sus 5.500 kilos de peso mínimo, unos 1.200cv de potencia y a 160 kilómetros de velocidad máxima, se miden cuerpo a cuerpo en circuitos como el de Jarama. Hay entre 36 y 40 carreras al año, cuatro cada fin de semana de pruebas.
No existe un campeonato del mundo, de modo que el europeo tiene estatus de Mundial. De hecho, está amparado por la federación internacional, que dice que tras la F 1 es la categoría que más gente lleva a los circuitos: 180.000 espectadores asistieron a la carrera en Alemania, por ejemplo. "Es tan espectacular que cuando alguien se acerca a una de nuestras carreras, siempre repite", señala Albacete. ¿No se cansa? "No, porque es lo que he vivido desde pequeño. Mi padre ya corría. Y cuando termine seguiré involucrado en las carreras". La pasión, explica, es lo que le ha llevado ahí, no las ansias de hacerse millonario.
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