Lorenzo cumple su promesa

Ha cumplido su promesa. Era un enano de 13 años cuando le pusieron un micro delante: "Voy a ser campeón del mundo. Ganaré a Valentino", dijo, osado. Y todos se rieron de él. Ha cumplido su promesa. Las dos en una. Poca cosa. Es el nuevo campeón del mundo de la categoría reina del motociclismo. Y ya superado a Valentino Rossi, subido a su misma moto.

Lorenzo, desde la primera posición de la parrilla, algo que no lograba desde el pasado GP de EEUU, hizo una salida excelente. Llegó a la primera curva en cabeza, y así se mantuvo hasta que en el octavo giro fue superado por Andrea Dovizioso, que tampoco salió nada mal, que le había tomado la matrícula al mallorquín y no le dio respiro hasta que le superó, impulsado por la potencia de su Honda. El de Yamaha no había conseguido abrir una distancia superior a las tres décimas con el italiano, que le calcaba los tiempos.

Tras ellos, Casey Stoner, que no terminó ni la primera vuelta, y Nicky Hayden, que perdió posiciones en la salida. Muy lejos, en décimoprimera posición, Valentino Rossi. Pero lo que el italiano perdió en la salida, lo recuperó en menos que canta un gallo. Fue quitándose a sus rivales de en medio, como quien aparta un puñado de moscas revoltosas en una calurosa tarde de verano. Y así, hasta que superó a Nicky Hayden, a más de segundo y medio de la cabeza. A Rossi le costó un abrir y cerrar de ojos recortar distancias. Cuando quiso darse cuenta se encontró tras su compañero de equipo. Les separaba un suspiro. El italiano había llegado hasta allí a golpe de adelantamientos por el interior de las curvas, a ritmo de vuelta rápida. Y así, se deshizo también de Lorenzo, primero, y de Dovizioso, después. Era la décima vuelta de un total de 20 giros.

Pero la historia no había terminado, todavía. Dovizioso se sacó de la manga un adelantamiento a Rossi y poco después éste se la devolvió. Lorenzo, a escasas décimas de ambos, contemplaba la jugada, tratando de no perder la concentración. Al mallorquín le sobraba con cruzar la meta en novena posición. Pero tenía ganas de subirse al podio. A cuatro vueltas para el final, apenas siete décimas separaban a los tres primeros pilotos de la carrera. El cuarto clasificado, Ben Spies, estaba demasiado lejos para poner en peligro el podio de Lorenzo. Y éste, sabiéndose ya por fin campeón, aflojó su puño derecho, el del gas. Cruzó la meta a 5,8 segundos de Rossi, que no había vuelto a ganar desde la primera carrera del año, en Qatar, que ha sufrido más que nunca este año, que firmó una remontada espectacular, y que, como los buenos campeones, paró al lado de Lorenzo, finalizada la carrera, para felicitar a su sucesor.

"Game Over", señalaban Mario y Luigi Bross, que fueron a felicitar al nuevo amo y señor de la categoría reina del motociclismo, el segundo español en conseguirlo, tras Álex Crivillé en 1999. El juego ha terminado. Pero continuará.