Otra temible versión de la NBA

El gran favorito reconocido por todos los equipos. Un conjunto siempre temible, por mucho que no figuren en nómina ninguno de los campeones olímpicos de hace dos años en Pekín. Unos por lesiones, otros por las presiones de sus equipos, otros por falta de motivación y ganas, aquel equipo que ganó el oro en una memorable final contra España se ha esfumado. Pero el relevo, tratándose de la NBA, está más que garantizado. Ya lo han advertido los rivales. Aunque no estén enfrente colosos como Kobe Bryant, Lebron James o Dwight Howard, la pinta de Estados Unidos es magnífica y la convierte en el rival a batir. No puede ser de otra forma tratándose de una plantilla con Gay, Odom, Durant, Iguodala y Billups. En la fase de preparación, ha ganado todos los partidos, incluido su emocionante choque contra España.

Aunque el nivel del equipo ha ido bajando por las ausencias conforme se acercaba el torneo, Mike Krzyzeswski está convencido de tener un conjunto de "trabajadores" sin perder de vista todos los ingredientes de la NBA: baloncesto atlético, músculo, centímetros y mucha velocidad. "Somos el equipo de baloncesto más rápido del mundo", ha sentenciado sin ir más lejos el correcaminos Iguodala. La falta de pívots puros es un arma de doble filo. Si bien el equipo puede sufrir en la defensa ante las torres rivales, los aleros pueden ocupar el poste bajo y traer de cabeza a sus contrincantes. Estados Unidos, tenga el cartel que tenga, sigue siendo un equipo voraz de los pies a la cabeza, y encima llega a Turquía con cuentas pendientes. Después de salvar parte del honor con el último oro olímpico, la selección pretende cubrir una laguna demasiada amplia en los Mundiales: 16 años sin salir como la mejor del mundo, síntoma de que los convocados no funcionaban como equipo y miraban por encima del hombro tanto a sus vecinos sudamericanos como a sus parientes europeos. Pero la NBA ha tomado nota, los europeos han dejado las cosas bien claras y la pelea tiene ahora otros tintes. Después de los patinazos de 2002 y 2006 (bronce), Estados Unidos se siente imbuida de una misión. Todo lo que no sea recuperar el oro mundial sería para ellos un fracaso.