Un susto y una retirada

Lo que queda al final del día es el estruendo de miles de zapatos golpeando contra el cemento, el recuerdo del francés Jo Wilfried Tsonga saltando y saltando en círculos como si hubiera firmado una gran obra, y Daniel Brands, un tenista alemán desconocido, que se despide ovacionado por la central de Roland Garros: fue 4-6, 6-3, 6-2, 6-7 y 7-5 para el francés, el número diez del mundo, a un suspiro de despedirse de París a la primera ante los ojos atónitos de su público.

Fue, también, un día tortuoso y soleado, el primero del torneo, que vio cómo Roger Federer, que debutará mañana ante Luczak, se entrenaba con Juan Carlos Ferrero mientras se despedía uno de los grandes monstruos que habitaba en su lado del cuadro: adiós dijo el letón Ernest Gulbis, su verdugo en Roma, que se retiró contra el francés Julien Benneteau cuando perdía por 6-4, 6-2 y 1-0.

El Príncipe, un jugador de verdad bueno, fue la víctima ilustre de la primera jornada de torneo, pero no el único tenista que dejó Roland Garros magullado. María José Martínez, campeona en Roma y número 21 del planeta, cedió ante la uzbeka Amanmuradova, que sólo había ganado un partido en 2010, por 6-2 y 6-4. La yeclana acabó con un collarín y un pinzamiento vertebral que ya le afectó en el calentamiento: combativa siempre, prefirió luchar el partido, por el que navegó sacando de abajo arriba, estilo cuchara, a optar por la retirada.

Mañana arranca Federer contra el australiano Luczak. No lo hará solo: juegan Andy Murray, contra el francés Richard Gasquet, y Novak Djokovic, frente al kazajo Korolev, entre otros. Rafael Nadal debutará el martes...y cuando eso ocurra, volverán a rugir los zapatos del público mientras los tenistas se convierten en titanes.