El reinado de Vonn se desinfla
La estadounidense, sólo bronce del supergigante ganado por la pequeña austriaca Fischbacher
La armada austriaca estaba enojada. Tras las primeras cuatro carreras del esquí alpino, la supercombinada femenina, el supergigante masculino y los dos descensos, apenas había arañado en el primero de mujeres el bronce con Elizabeth Goergl. Pero ayer ya asaltó el oro en el supergigante. Andrea Fischbacher, tercera en la temporada de la Copa del Mundo, se coronó ante la gran favorita, Lindsey Vonn. La estadounidense apenas pudo salvar un bronce. Sólo ha cumplido su guión de primera candidata en el descenso inicial y en el de la supercombinada. Se cayó después en el eslalon y empezó a estropear lo que prometía. Se lo ha tomado con deportividad, diciendo ahora que no aspiraba a tanto. Como si el primer y único oro hubiera colmado todas sus aspiraciones. Pero su reinado se desinfla. Difícilmente ganará ya más medallas en el gigante y el eslalon que restan, sus dos peores pruebas.
La pequeña fue la más grande. Fischbacher, de 24 años, sólo mide 1,64 metros y pesa 60 kilos, frente a los 1,78 y 75 de Vonn, que tiene 25. Ya cuarta en el descenso, la austriaca le dio el primer disgusto a la estadounidense, que había bajado con el mejor tiempo dos puestos, pero sin arriesgar, muy conservadora. La austriaca, en cambio, prima lejana del legendario Hermann Maier, se la jugó con unos esquíes más rígidos, estuvo a punto de caer dos veces, especialmente al caer casi sentada en un salto, pero le salió bien.
Y cuando parecía que Vonn al menos se quedaba con la plata, incluso la más veterana eslovena Tina Maze (27 años, 1,71 metros y 68 kilos), sólo 12ª en la campaña, demostró su experiencia y la empujó a lo más bajo del podio. Vonn, entonces, se tapó la cara y se lamentó, aunque luego no se quejara. Pero pudo ser aún peor, porque las italianas que bajaron en los últimos puestos de las 30 mejores del ranking mostraron su calidad y la tercera, Johanna Schnarf acabó a sólo 11 centésimas de Vonn, en un espléndido e inesperado cuarto lugar.
La clave también fue que la pista mejoró y se asentó. Por eso la otra estadounidense Julia Mancuso, doble plata en el descenso y la supercombinada, que abrió la carrera, estuvo a punto de irse recta al principio en una curva a derechas. Sólo pudo recuperar milagrosamente la línea. Parecía que podía volver a ser la gran referencia, pero se acabó yendo al noveno puesto. Primero la superaron la alemana Maria Riesch, oro en la supercombinada, y Goergl. Después, la apeó ya del podio su compatriota Vonn cuando aún soñaba con su reinado.
Era la superfavorita. La derrotada reina de la velocidad había ganado ocho de las 11 carreras disputadas en la temporada. Incluso ya tiene la Copa del Mundo de supergigante antes de terminar y se encamina hacia su tercer Globo de Cristal que premia a la más regular en todas las pruebas, pese a bajar su nivel en las de habilidad. Pero su corpulencia no le da para tanto y la tensión está pudiendo con ella. No podrá compararse ya con la croata Janica Kostelic, la última gran estrella polivalente. Además, si ya en Turín no brilló al resentirse de una tremenda caída en un entrenamiento previo, ahora ha arrastrado las secuelas de otra. Kostelic pudo hasta con las lesiones.
Vonn sólo encontró negativo de su carrera que no atacó demasiado en la parte final. Pero fue extrañamente positiva y conformista con su bronce: "Para mí es casi una medalla de oro. Venía por dos medallas y ya las tengo. Las expectativas de que iba a ganar mucho más no las he creado yo".
Carolina Ruiz, peor que en 2002
La española Carolina Ruiz fue 18ª de las 38 clasificadas. Peor que en Salt Lake City 2002, donde logró un prometedor 15º lugar con sólo 20 años. Ayer, bajó con el dorsal 4, le costó mantener la línea y casi se va al suelo tras un salto. Incluso hubo un espejismo inicial al mantenerse incluso en un teórico podio hasta que lo hizo la primera de las grandes, Riesch. Pero, a su nivel, fue barrida después como Vonn. La debutante Andrea Jardi fue una de las 15 que no terminó.
Ander Mirambell sí acabó la noche anterior, pero antepenúltimo del skeleton. Cumplió su sueño de ser olímpico. No pudo siquiera bajar en la última manga al no estar entre los 20 primeros. Acabó el 24º de 26. Sólo por delante del irlandés Shannon y el italiano Drocco, con quien había compartido también las últimas plazas para participar en los Juegos.
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