Bravo, la franquicia de la Real
El sorprendente e histórico gol en Anoeta revaloriza la cotización del portero chileno
El histórico gol de falta directa del portero de la Real, el chileno Claudio Bravo al Nástic de Tarragona sigue en la retina de medio mundo. Ha sido el gol más sorprendente de la historia de Anoeta en sus casi diecisiete años de historia, un tanto que no dejó indiferente a nadie. Y, de paso, revaloriza la cotización de la auténtica franquicia del club, el internacional chileno. Todo ello, además, devuelve al equipo a un estado de gracia que se echaba en falta en las últimas jornadas.
Bravo lleva cuatro temporadas en el conjunto blanquiazul, desde su debú el 22 de octubre de 2006 en el Ono Estadi de Mallorca, con empate a cero. Ha jugado 81 partidos en el club donostiarra y se ha convertido en el titular indiscutible en la portería realista. Con él de titular, la Real no pudo impedir su descenso de categoría en el 2007, asumió el rol de suplente en la siguiente temporada tras su competencia con el canterano Asier Riesgo que gozó de la confianza del entrenador británico Cris Colleman.
Con su renovación hasta 2013 la afición de Anoeta supo reconocerle el gesto
Su cotización fue al alza en la pasada temporada compartiendo junto al guardameta del Rayo, Cobeño, el Trofeo Zamora con el mismo coeficiente 8, 88, tras encajar el chileno 28 goles en 32 partidos. Al final del verano, la directiva realista colgó el cartel de transferibles a sus dos destacados porteros Riesgo y Bravo, aunque al chileno le siguieron clubes grandes como el Valencia, el Atlético, el Real Madrid y Barcelona. La presencia de Xabier Manzisidor como entrenador de porteros del Real Madrid puede acercar al meta chileno al equipo de Pellegrini. Además, esta temporada la actuación del portero suramericano no ha pasado desapercibida y ya se encuentra en la agenda de estos dos equipos grandes de la Liga.
Hace unos meses, la directiva del club donostiarra renovó a Bravo hasta el 2013. Era la mejor fórmula para buscar una gran revalorización. Se ha convertido en el jugador franquicia del equipo realista, cuyo hipotético traspaso puede dejar una importante suma de dinero para mitigar la deuda económica del club donostiarra. El gesto de colaboración del jugador no pasó desapercibido.
El propio portero chileno siempre fue claro desde su llegada a San Sebastián: "Mi paso por la Real puede ser un trampolín hacia un club grande de la Liga española con el consiguiente beneficio económico que puede reportar mi traspaso para el club que apostó por mí hace cuatro temporadas". Bravo ha priorizado sus objetivos en este año 2010. Su primer reto, el ascenso con la Real a la Primera División, una deuda que tiene pendiente desde el 2007. El segundo, participar como capitán con su selección chilena en el próximo Mundial de Suráfrica y puede convertirse en una de las estrellas del Mundial además en el mismo grupo, con la campeona de la última Eurocopa, España.
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