Verdasco se ahoga en la orilla

Fernando Verdasco acaba de ser eliminado del Abierto de Australia por Nicolay Davydenko (2-6, 5-7, 6-4, 7-6 y 3-6). El español perdió la primera manga en los octavos de final, tuvo break de ventaja en las tres siguientes, y en la quinta y definitiva gozó de hasta tres puntos de rotura antes de entregar su servicio. Eso lo dice todo. Davydenko, el vencedor, poco ha dicho en el partido. Excesivo en lo bueno y en lo malo, el madrileño ha sido el que ha decidido el resultado: sus 15 aces y 45 golpes ganadores quedaron ahogados entre sus 20 dobles faltas y sus 81 errores no forzados. Pesaron más las estadísticas negativas, ése desequilibrio radical que dibuja a un tenista siempre al borde de la línea de juego, y Verdasco, semifinalista en 2009, se despidió de Australia en 3h57m.

A mediados del cuarto set, Davydenko desapareció del partido. Fue mérito de Verdasco. El madrileño empezó a golpear con su derecha y persiguió el encuentro con deseo. "¡Venga que ya es tuyo!", le gritaban desde la grada. "¡Olé, torero!", le animaban. Entró entonces el partido en una espiral de manicomio, dos de los dos mejores tenistas del mundo intercambiando fallos sin nombre. Agobiado por el viento y frito por el calor, Davydenko, todo un hueso, sobrevivió gracias a los errores del español, corajudo y apasionado, siempre tan valiente como acelerado. Verdasco conoce el diagnóstico desde hace tiempo: es de los pocos tenistas que escribe su destino contra los mejores. Vive del riesgo y con riesgo muere.

Davydenko, que ha ganado desde noviembre dos veces a Rafael Nadal y otras tantas a Roger Federer, sigue en el torneo. El número seis del mundo, uno de los favoritos al título, ya ha jugado cinco sets en el primer grande del año. Ya ha encontrado un rival que le haga correr más de tres horas. Ya ha probado un partido duro, el sol, el desgaste, los dolores y el miedo. Es un serio aviso para su diminuto cuerpo. A partir de ahora, nada va a ponérsele más fácil. Jugará los cuartos de final contra el vencedor del Roger Federer-Lleyton Hewitt.