España luchará por el bronce
La selección femenina de balonmano cae ante Francia (27-23) en las semifinales
La selección española femenina de balonmano luchará por la medalla de bronce del Mundial que se disputó en la ciudad china de Nanjing, tras perder sus opciones de jugar la final al sucumbir ante Francia (27-23) en la primera semifinal. El adversario de las españolas, el próximo domingo 20, será el perdedor del choque entre Noruega, oro en los Juegos de Pekín, y Rusia, actual campeón mundial.
Los nervios y las imprecisiones atenazaron a las internacionales españolas en su primera comparecencia en una semifinal mundialista, ante un adversario mucho más experto en estas situaciones límites. Salvo en el arranque del choque, cuando Carmen Martín elevó el 0-1, en el minuto 3, las jugadoras que dirige Jorge Dueñas fueron siempre con desventaja en el marcador, aunque mantuvieron intactas sus opciones hasta el minuto 37 (16-15). A partir de ese instante, el vendaval atacante de las francesas fue en aumento (18-15, 20-15, 21-16, 24-17).
FRANCIA 27 - ESPAÑA 23
Francia: Leynaud, Pineau (4), Goudjo (1), Piejos (2), Ayglon (5,2p), Signate (5), Baudouin (2p)-siete inicial- Mendy (0), Darleux (0), Dembele (2), Deroin (0), Tervel (3), Limal (3,1p).
España: Ciobanu, Begoña Fernández (4), Pinedo (0), Marta Mangué (9), Beatriz Fernández (1), Oncina (0), Barnó (0) - siete inicial- Cristina González (ps), Carmen Martín (5,4p), Nely Carla (2p), Cuadrado (0), Macarena Aguilar (2), Benzal (0) y Chávez (0).
Parciales: 1-1, 3-2, 6-4, 8-4, 10-7, 12-10 (descanso); 16-18, 19-15, 20-16, 23-17, 25-18 y 27-23.
Árbitros: Gatelis y Mazeika, ambos lituanos. Excluyeron por dos minutos a las francesas Ayglon, Pineau, Limal, Piejos y Signate, y a las españolas Cuadrado (2), Beatriz Fernández y Elisabeth Pinedo.
Incidencias: partido correspondiente a la primera semifinal del Mundial de balonmano femenino disputado en el Centro Olímpico de Nanjing ante unos 6.000 espectadores.
Ni los nueve goles de la canaria Marta Mangué, a la postre máxima anotadora del encuentro, ni las paradas de la guardameta Mihaela Ciobanu fueron suficientes para revertir la situación. A las españolas le faltó, sobre todo, una mayor agresividad ofensiva. No supieron sacar provecho de los contragolpes, ni de las cinco superioridades numéricas de las que dispusieron a lo largo del partido.
Sus faltas en ataque y las pérdidas de balón acabaron por dejar el camino expedito a unas rivales que llegaron a disponer de una renta máxima de siete goles, a falta de nueve minutos para el final.
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