El Mallorca de Manzano tiene hambre

Hay situaciones en las que se enarbola la bandera de la suerte como excusa para ablandar al contrario. Se habla del azar, de la casualidad, del instante para girar la vista hacia otro lado. No importa hacia dónde se quiera mirar, el Mallorca es ahora mismo un equipo del que aprender. Por su orden, su disciplina y su templanza , se encuentra en una situación dorada. Sumido en un sinsentido económico, el grupo que dirige Gregorio Manzano parece no haberse dado por enterado.

Ya lo decía Camacho antes del partido: "El Mallorca es un equipo en el que debemos mirarnos". Y tanto. Osasuna chocó una y otra vez contra una defensa que no pudo derribar y no supo salir de un horizonte en el que no encontró las ansiadas cabezas peladas de Pandiani y Aranda. El andaluz era ayer el encargado de hacer olvidar a El Rifle y apenas pudo intentarlo, ya que a la media hora tuvo que ser sustituido por Galán, un escurridizo pero menudo delantero que no encontró su sitio en el partidon.

Sin una referencia clara, los locales se vieron impotentes mientras que el Mallorca asomaba una y otra vez por la portería de Ricardo. No estuvo fino el Mallorca en la elaboración, pero sí en la intención. Hay partidos que se deciden por una jugada aislada y otros que caen como un fruto maduro. Lo intentó primero Webó, ex de Osasuna, y Aduriz, pero el gol no parecía querer arrimarse a ellos.

Sí decidió irse con el Chori Castro, quien, a pesar de mostrar su potencial en varias carreras, no parecía tener la bota muy bien abrochada. Pero de la insistencia del uruguayo salió un misil que atravesó la red local y congeló más si cabe ?tan sólo 2 grados se registraron durante el encuentro?, la moral rojilla.

Con Juanfran fuera de combate tras golpearse la cabeza con Webó y con Nekounam ausente en la elaboración del juego, Camuñas se echó el equipo a la espada, pero no fue suficiente.

Gonzalo Castro hace historia en Pamplona