El Athletic ofusca al Barça
El equipo rojiblanco concede media hora a los azulgrana que acaban perdiendo el liderato
Los jugadores a veces no hablan por hablar. Dijeron los del Athletic, en la semana previa, que un empate no era malo ante un equipo como el Barça y salió al quite Caparrós reclamando la victoria como único objetivo. Algo sabían los jugadores cuando hablaron porque el técnico que clamaba por el orgullo de ganar planteó el partido más defensivo que se recuerda en San Mamés hace muchos años. El Barça no tiene esos debates espirituales entre sus asignaturas, donde sólo cuenta ganar, más aún si el Madrid te roba el liderato un cuarto de hora antes de salir a San Mamés y una semana antes del clásico en el Camp Nou.
Por lo uno y por lo otro, se quedó el Barça con el balón tras los cinco minutos rituales del comienzo, los de tanteo y adecuación a un campo recién regado que hizo culear a rojiblancos y blaugranas por el césped. A partir de ahí, el balón era del invitado, mitad regalo del Athletic, mitad mérito del Barça que encontró en Chygrynsky su conductor más habitual, visto el tapón que sufrían Xavi y Keita, más habilitados para llegar al área por sorpresa. De las botas del ucraniano salió el primer mejor pase de la noche, abriendo con precisión matemática un centro que cruzó toda la defensa para habilitar a Pedro en el otro costado, que se enredó en regates magníficos pero quizás excesivos. El segundo, le correspondió a Messi que solventó un cuerpeo con Amorebieta, una salida de Iraizoz, dos chicarrones, giró, miró y centró con el interior a Xavi que la envió fuera.
Athletic, 1; Barcelona, 1
Athletic: Iraizoz; Iraola, Ustaritz, Amorebieta, Koikili; Susaeta, Javi Martínez, Orbaiz (Toquero, m. 56), Gurpegi; Yeste (Gabilondo, m. 73) y Llorente (De Marcos, m. 75). No utilizados: Armando; Castillo, Ion Vélez y San José.
Barcelona: Valdés; Alves, Piqué, Chigrinski, Maxwell; Xavi (Henry, m. 83), Busquets, Keita; Pedro, Messi (Bojan, m. 75) e Iniesta. No utilizados: Pinto; Fontás, Puyol, Dos Santos y Jeffren.
Goles: 0-1. M. 53. Xavi cede un balón en profundidad y Alves supera por bajo a Iraizoz. 1-1. M. 62. Llorente peina un balón y Toquero, solo, salva la salida de Valdés.
Árbitro: Teixeira Vitienes. Amonestó a Keita y a Javi Martínez.
Unos 35.000 espectadores en San Mamés.
El equipo de Guardiola dudó de si mismo en una segunda mitad muy rutinaria
El gol del Athletic fue clásico: saca el portero, toca Llorente y gol de Toquero
Eran los minutos de gloria del Barça, media hora en la que tuvo San Mamés a sus pies, frente a un rival que condenó a Llorente a una batalla perdida sin ayudantes, sin colegas, condenado a su suerte, aislado entre los hombres más fuertes del Barcelona y vigilado por un árbitro excesivamente cuidadoso.
Pudo liquidar el partido el Barça en ese periodo, y no lo hizo, permitiendo que la tela de araña presuntamente tejida por Caparrós empezara a cobrarse presas en el centro del campo blaugrana. Algo así como si se creyera que aquella historia era posible, aislando a Pedro e Iniesta y reduciendo a Xavi a un papel demasiado testimonial para su jerarquía. Dejó el Barça de tener el balón, no tanto porque se lo quitaba el trivote rojiblanco (Gurpegui-Martínez.Orbaiz), sino porque, agobiado, lo perdía con una descostumbrada facilidad. Ahí comenzó a dudar el Barça de sí mismo, de su dibujo, sin un delantero centro clásico y con Messi un tanto adormecido tras un plantillazo involuntario de Amorebieta en la cara.
El gol de Alves parecía reconducir al partido a los orígenes, pero más que a la superioridad previsible lo llevó a la suficiencia del Barça que aprovechó el futbolista impredecible, aquel al que nadie sabía quién marcar, Toquero, recién salido, libre para buscar el balón. Lo halló en la jugada clásica del Athletic: saque del portero, peinada de Llorente y remate inteligente de Toquero, ante el adormecimiento de Piqué y Alves, que sólo miraban el balón. Quizás no habían advertido el cambio del Athletic.
Fueron los goles producto de dos jugadas magnificas, por precisas y distintas al mismo tiempo, reflejo de dos formas de jugar, de entender el fútbol, de asumir sus condiciones.
El mérito del Athletic estuvo en su capacidad para enrarecer el juego del Barça, al amparo de una excelente condición física. Ahí brillaban jugadores grises, Martínez y la compaña, de una brega monumental, asfixiante, que condenaban al Barça a un asedio más visceral que inteligente. Que el Athletic soñaba con el empate, se volvió a manifestar cuando marcó Toquero y la defensa rojiblanca se aculó junto a Iraizoz y los centrocampistas dieron dos pasos atrás. Vuelta al principio, al asedio de un Barça herido con el resultado y consigo mismo, superior al rival, pero incapaz de sentirse a gusto con su forma de jugar. Lo intentaba Iniesta por su cuenta, con Messi, antes de ser sustituido, con un disparo de Xavi, pero la oleada era más aparente que real, sin llegar al área. Y se le fue el liderato al Barça en San Mamés en el peor momento, en su partido más incómodo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.