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COPA DAVIS

"Lloro cuando escucho nuestro himno"

Sela lidera a Israel contra España en las semifinales de la Davis

Unas cámaras de rayos infrarrojos leen las matrículas de todos los vehículos que entran y salen de la urbanización La Torre, en Murcia, donde David Ferrer y Harel Levi dan salida mañana al mediodía a las semifinales de la Copa Davis que enfrentan a España e Israel (12.00, TVE-1). Hay más de cien agentes de seguridad privada desplegados por el recinto. Guardia Civil. Tres hombres sigilosos y a sueldo del gobierno israelí con la misión de velar discretamente por el bienestar de su equipo. Furgonetas y un helicóptero del 112. Un muro perimetral, como le dicen en la propaganda del complejo, que no es más que una pared que rodea a toda la inmensa urbanización y restringe a dos los puntos de entrada. ¿Un fortín? "Israel es un equipo con más riesgos que otros", dicen desde la Federación; "pero el dispositivo de seguridad es el normal". El peligro, se deduce entonces, no son las protestas contra la ocupación israelí de Palestina ni los radicales que obligaron a jugar el Suecia-Israel de primera ronda a puerta cerrada, mientras los violentos se enfrentaban a los antidisturbios en los alrededores del estadio. El peligro, se supone en consecuencia, no es que un espontáneo salte a la pista para atacar el banquillo visitante. El peligro para España es deportivo y se llama Dudi Sela.

"Dudi es un 'copero", explica sobre el número uno israelí Andy Ram, que forma con Jonathan Erlich una temible pareja de dobles que jugará contra Feliciano López y Tommy Robredo el sábado a partir de las 15.00. Con cuatro palabras, Ram, que habla perfecto castellano porteño porque es de Montevideo, resume quién es el número 29: un jugador que nunca se arruga, gane o pierda. "Juego mucho mejor cuando disputo la Davis", cuenta Sela, que ha ganado 12 de sus 18 partidos en la competición. "Lo doy todo, intento no perder ni un punto cuando represento a Israel. Soy un jugador emocional. En las ceremonias, cuando oigo el himno, lloro. Cada tenista es diferente, pero para mí es muy especial, lo máximo".

Esto es lo que se encuentra Sela el miércoles por la tarde: una tormenta tremenda concentrada en Torre Pacheco, agua con peso de cemento, una manta impenetrable que provocó una muerte, el corte de varias carreteras, desperfectos mil y la inutilización de las dos pistas de entrenamientos. Esto es lo que se encuentra Sela en Londres, Nueva York o París, jugando en pistas menores y perdidas, lejos de las cámaras: un puñado de aficionados ruidosos que le cantan por todo el mundo la misma canción en hebreo. "Dudi, Dudi, ¡el rey de Israel!". "Y yo", continúa Sela; "me alimento de sus cánticos, por supuesto. Intento no decepcionarles. Me ayudan a subir muchísimo mi nivel. Aquí, al jugar en tierra, tenemos una posibilidad muy pequeña de ganar. No he ganado muchos partidos en tierra (acumula tres victorias y ocho derrotas). Nunca he jugado contra un público numeroso en mi contra... pero va a haber mucha afición israelí apoyándonos y son, probablemente, la mejor del mundo, porque cantan mucho".

España, la campeona vigente, busca la final ante un equipo sin pedigrí, sobre una pista afectada por la impresionante tromba de agua y con un tenista que ha pasado de descartado a titular. Juan Carlos Ferrero, en un momento dulce, jugará hoy contra Sela tras el Ferrer-Levy. El valenciano repetía ayer una y otra vez el mismo ejercicio: resbalón sobre la maltrecha arcilla de la central y derechazo. Resbalón y derechazo. Todo, cuentan, para difuminar el recuerdo de un día de 2002 en el que se lesionó fuertemente el tobillo derecho haciendo ese gesto en un entrenamiento con Robredo. Ferrero juega con España. Sela, el rey de Israel, le espera para decidir desde el principio si las semifinales son un paseo para el anfitrión o una batalla.

David Ferrer y Dudi Sela, designados como números uno de sus equipos, posan con la Copa.
David Ferrer y Dudi Sela, designados como números uno de sus equipos, posan con la Copa.EFE

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