Albiol besa el 'huevo frito'
El central elige el 18, el número de De la Red
Las presentaciones del Bernabéu se han convertido en una parte importante de la oferta de ocio y espectáculos del verano madrileño. Tienen el aliciente de que la entrada es gratuita. Se pueden cantar consignas en vivo a Florentino Pérez, el presidente del Madrid, aclamar a Jorge Valdano, el director deportivo, o entonar cánticos laudatorios a Alfredo di Stéfano, el presidente honorífico, el tótem.
Este jueves, el invitado fue Raúl Albiol, que inauguró su etapa como madridista aclamado por unos 4.000 hinchas desaforados. "¡Que bese el escudo, que bese el escudo!", le gritaba la multitud, conformada básicamente por adolescentes. Los chicos sabían que Albiol es valencianista de cuna y se propusieron someterlo a un duro examen. A sus 24 años, el jugador no se imaginaba que el destino lo situaría en una posición tan peliaguda. En principio, se mantuvo firme. Luchó a brazo partido por mantener su honor de valencianista intacto. Así estuvo durante un rato, escuchando al fondo norte: "¡Que bese el escudo!". Tuvo que acercársele el directivo José Manuel Otero Lastres, que le dijo al oído que lo hiciera. Entonces besó el 'huevo frito', como le llaman al blasón los futbolistas.
"Soy un poco tímido y vergonzoso en este aspecto", se explicó Albiol, más tarde. "Me puede costar hacer algunas cosas. Fue un momento de nervios. No es fácil estar ante 7.000 personas. Siendo valenciano y habiéndome criado en el Valencia no ha sido fácil salir del club en el que siempre quise jugar. Pero después del interés y del esfuerzo que ha hecho el Madrid por ficharme, siempre supe que si dejaba el Valencia era para venir al Madrid".
"No me esperaba tanta gente", dijo el defensa central, que llegó previo pago de 15 millones de euros al Valencia. "Es un orgullo que me reciban de esta manera. Sólo puedo dar las gracias a la afición y al club por este recibimiento. Albiol explicó por qué eligió el dorsal número '18': "Es el número que usaba Rubén de la Red, con quien he compartido muchas experiencias en las categorías inferiores de la selección, y también en la selección absoluta. A Rubén lo considero un amigo y para mí es un honor y un orgullo llevar su dorsal. Estoy deseando verle jugar al fútbol. Mientras se recupere defenderé su número lo mejor que pueda. Cuando me lo pida, se lo devolveré".
Tras el vídeo en pantalla gigante de momentos históricos del Madrid, con sonido de la ópera Turandot, interpretada por Pavarotti, el presidente cogió el micrófono. Este formalismo ya forma parte de la rutina de las tardes del Bernabéu. Florentino Pérez se dirigió al público: "Queremos que la cantera ocupe un lugar importante pero también queremos contar con los mejores exponentes del fútbol español. Raúl Albiol es uno de ellos (...). Ha ganado el campeonato a la vida".
Una pancarta entre la muchedumbre rezaba: "Florentino, eres Dios". La gente está agradecida. No sólo al ritmo inexorable al que se producen fichajes de relumbrón. También es de agradecer una hora de entretenimiento totalmente gratuito en la que, además, hay ocasión de dar la mano al ídolo después de haberle forzado a bajar la cabeza y besar el escudo como quien besa la mano que le paga.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.