Seis años después, Ferrero
El valenciano gana su primer título desde 2003 en Casablanca
Fue en Casablanca y ante el francés Florent Serra. Ahí, domingo de resurrección, con la lista de entradas para Roland Garros a punto de cerrarse, ganó ayer Juan Carlos Ferrero (6-4 y 7-5) su primer título en seis años. El anterior, conseguido en Madrid en 2003, le dejó en la cima del mundo: era el número uno. El de ayer le impulsa en su vuelta a la elite: hasta ayer, el valenciano era el número 115. La victoria debe tener efectos balsámicos. Cierra un círculo vital y deportivo, un infierno de lesiones, sudor improductivo y frustraciones continuas. Con 19 años, Ferrero debutó en un torneo de categoría ATP en Casablanca. Ayer, justo diez años después, ya con 29 y la mente puesta en la retirada, ya elucubrando con la dedicación plena a los negocios de Villena, al hotel de lujo, los karts, la Academia de tenis o el torneo de Valencia, el español volvió a Marruecos para ganar el título. Un título. El trofeo que pone fin a seis años de sequía que incluyeron seis finales perdidas y algunos chispazos emocionantes: sus cuartos de final en Wimbledon 2007, por ejemplo, donde sólo un majestuoso Roger Federer fue capaz de apearle tras pagar el precio de un set perdido.
"Este es un torneo especial para mí", dijo Ferrero tras su victoria. "Estoy muy feliz: es una gran semana para mí. No ha sido fácil. Florent ha jugado muy agresivo, he sentido mucha presión. Para mi confianza, es importantísimo haber ganado este torneo. Me ayuda mucho en mi vuelta tras la lesión".
Es el efecto Safin. El ruso, un gigante desaprovechado para los grandes títulos por las lesiones y la vida disipada -este año llegó a presentarse a un torneo tarde y con un ojo amoratado tras una pelea en Moscú-, ha anunciado que ésta es su última temporada. Eso hizo que sonara una campanilla en la mente de Ferrero, campeón de Roland Garros, dos veces de la Copa Davis, 'el mosquito' con el que España empezó a fabricar tenistas todoterrenos: fue finalista en el Abierto de Estados Unidos, semifinalista en el de Australia. "Después de once años, la motivación no está ahí", dijo el valenciano sobre su posible retirada.
Ferrero tiene un plan a la medida de su ambición, una idea a la altura de su prestigio. Irse lo más arriba posible. Marcharse estando lo más alto que pueda. Es lo justo para su historial. Ya se acerca a las 400 victorias (lleva 396). Son números de campeón. La marca que ayer volvió a definir a Ferrero.
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