Estudiantes abate a un sensacional Ricky Rubio
El equipo madrileño da la sorpresa ante un DKV Joventut fiado sólo a su joven figura
La sorpresa de la Copa la llevaba el MMT Estudiantes bajo el brazo. Arrambló con el DKV Joventut y, además, lo consiguió cuando un coloso, Ricky Rubio, parecía en vías de solucionar de un plumazo el estropicio al que se veía abocado su equipo. La réplica se la dio un escolta esloveno, Samo Udrih, no muy conocido, no muy descollante en las estadísticas, pero demoledor en la cita copera en la que Estudiantes se había colado en su calidad de anfitrión. La sorpresa de los cuartos de final, corrió de su cuenta. Pero eso fue después de levantar un partido rarísimo. Ramplón al principio, desenfrenado en el segunda parte, convulso y emocionante hasta el infinito al final.
Era un duelo como muchos, más bien tenso y poco vistoso, hasta que Ricky Rubio dijo hasta aquí hemos llegado. Con su equipo la mayor parte del tiempo haciendo la goma y jugando a la ruleta de los triples, cuando Estudiantes de la mano de un esplendoroso Udrih abría su artillería y empezaba a ver posibilidades de llevarse el gato al agua, apareció el fenómeno de 18 años. Todo cambió. Faltaban 10 minutos pero ¡qué 10 minutos! Valieron mil veces más que todos los anteriores.
MMT Estudiantes 80 - DKV Joventut 75
MMT Estudiantes (17+17+19+27): Brewer (16), Udrih (23), Suárez (-), Rancik (8), Wideman (3) -cinco inicial-, Popovic (8), Jasen (9), Granger (5), Iturbe (4) y Junyent (4).
DKV Joventut (15+19+17+24): Rubio (16), Karl (9), Bogdanovic (9), Tomas (-), Hernández Sonseca (13) -cinco inicial-, Laviña (3), Mallet (3), Jagla (5), Ribas (9), Moiso (8) y Jasaitis (-).
Árbitros : De la Maza, Redondo y Conde. Excluyeron por personales a Jasen (m.40).
Incidencias : encuentro correspondiente a las eliminatorias de cuartos de final de la 73 edición de la Copa del Rey disputado en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid ante unos 15.000 espectadores
Ricky, que no había empezado bien, que había sumado rápido tres faltas, volvió a la cancha. Los suyos iban a remolque (53-51). En esas, en un abrir y cerrar de ojos sumó 4 asistencias, 4 recuperaciones de balón y dos puntos. El DKV le hincó el diente al asunto. Se fue en el marcador (61-67). Faltaban poco más de tres minutos y Estudiantes empezaba a estar contra las cuerdas. Le salvó la garra de Brewer, la consistencia de su equipo y, por encima de todo, Udrih, que mantuvo un pulso con Ricky de alta escuela, admirable, como hacía mucho que no se veía. Estudiantes recuperó el terreno de golpe, con un parcial de 6-0, y a partir de ese momento resultó todo vertiginoso. Ricky incidió en la misma jugada o bien finalizaba él o bien le metía el balón a Hernández Sonseca. Estudiantes replicaba con un triple de Brewer y constantes lanzamientos de Udrih. Los fallos en los tiros libres de Hernández-Sonseca fueron trascendentales. El Joventut, que empezó jugando por fuera, acumulando hasta 30 intentos triples, con un impresionante acierto inicial que después se desvaneció por completo, lo pagó caro.
Apenas hay jugadores del Joventut que carezcan de munición y licencia para lanzar desde más allá de la línea de 6,25 metros. Concluyó la primera parte con más lanzamientos triples (17) que de dos (14). Anotó seis canastas, aportadas por cinco jugadores diferentes y un total de ocho que lo intentaron. La ensalada de números es reveladora. Pero no podía pasarse todo el partido de la misma manera, máxime cuando Estudiantes, superior en el rebote y en el interior de ambas zonas, logró revertir su desastroso inicio en el tiro exterior.
Fue entonces cuando se alzó la figura de Ricky. Pero se quedó demasiado solo. El Joventut se quedó corto en alternativas y Estudiantes, después de capear el temporal, logró que prevaleciera su mejor juego de conjunto. Ricky acabó con 16 puntos, 7 asistencias, 3 rebotes y 6 recuperaciones, Udrih, con 23 puntos, 6 rebotes y 2 asistencias. El esloveno se salió con la suya y Estudiantes, después de mucho tiempo, se dio una alegría de las que hacen época.
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