Marginados sin piruetas
Los chicos de la gimnasia rítmica luchan para que la Federación Española les permita competir a nivel nacional como a sus compañeras
Él no es ella. Ese es su problema. Rubén Orihuela, deportista de gimnasia rítmica, pionero masculino en este deporte, se enfrenta junto a sus compañeros a una nueva norma de la Federación Española (FE) que les prohíbe competir a nivel nacional. Con 21 años este valenciano se ha erigido en el defensor de los derechos de los (pocos) hombres que se dedican a la gimnasia rítmica, deporte originariamente femenino. En España son ya casi un centenar de chicos los que se sienten atraídos por "esta forma de expresarse". Asume la responsabilidad de ser el más veterano, el primer gimnasta federado, el primer campeón internacional y el primero a nivel nacional. Un número uno. Un hombre y una lucha a base de volteretas y piruetas.
"Empecé en el 98, cuando tenía 10 años. Vi a mis compañeras del colegio ensayar en el recreo y me encantó. Me gustaba mucho...y quería hacer lo mismo que ellas. Siempre me ha llamado mucho la atención lo artístico, por eso me fijé en este deporte y no en otro", cuenta un Rubén tímido, disciplinado, consciente del camino recorrido, con ganas de pelear por el que le queda por recorrer. "Me apunté al club", continúa. "Allí éramos dos chicos y un montón de chicas, pero pronto me quedé sólo porque el otro no llegó a adaptarse. Yo al mes empecé a presentarme a torneos".
En 2005 la FE permitió competir a los varones a nivel nacional porque la normativa internacional tenía un vacío legislativo. "No había normas y nos agarramos a eso". En aquel momento los gimnastas también demandaban igualdad, ya que "existía un margen muy pequeño para que nosotros pudiéramos acceder a los torneos nacionales". Cada Comunidad Autónoma podía aportar a la competición nacional un máximo de diez gimnastas femeninas y dos de categoría open, en la que entraban los varones y las extranjeras. Eso significaba que en ocasiones ningún chico era convocado porque los puestos los ocupaban dos chicas de otros países.
"Ésa era la lucha que teníamos entonces. Ahora hemos dado un paso atrás y peleamos por algo más básico: poder competir". La Federación Internacional (FIG) hizo caso omiso a esta demanda porque no existen gimnastas masculinos en el resto de países. "Los españoles somos pocos, pero somos pioneros". Pero ahora la FIG se ha pronunciado e impone que hasta que no se establezca una norma para ellos, no pueden participar en torneos federados, tanto nacionales como internacionales. La FE, temerosa de recibir alguna sanción, le dio la mano a la Internacional "y nos cerró las puertas".
Ante la avalancha de críticas, la movilización de los gimnastas, familiares y federaciones regionales, que en su mayoría se han mostrado fieles a la causa de los chicos, la FE ha parado el veto y ha anunciado que estudiará el caso con más detenimiento. "Creían que no íbamos a hacer nada, que nos quedaríamos parados, y no se lo esperaban", cuenta el gimnasta. "Es que es una norma sexista en toda regla", se queja. "Y a la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, le pediría que por favor nos ayude, que lo necesitamos".
A pesar de todas las dificultades que supone estar inmerso en esta lucha, Rubén dedica al menos cinco horas al día a entrenarse: por la mañana ballet, por la tarde gimnasia. Entre medias saca tiempo para dar clases a niños y niñas de entre 3 y 5 años, enseña inglés, y ha conseguido el carné de juez, con el que podrá puntuar en las competiciones nacionales de gimnasia rítmica. "iMenuda contradicción!", se ríe. Además atiende a los medios, algo cohibido, con el pesar de haberse convertido en la voz de la gimnasia rítmica masculina. "Me ha tocado...pero yo prefiero que esto se solucione rápido y que todo se normalice". Hubiera deseado, por su timidez, luchar "desde la sombra", pero afronta con optimismo este nuevo reto. "Tengo esperanza y creo que al final vamos a poder competir. Igual no es este año, que el tiempo se ha echado encima, pero el que viene las cosas habrán mejorado. Eso espero al menos".
Rubén, que ya ha asumido que le llamen el Billy Elliot español, se entrena para seguir en lo más alto de la gimnasia rítmica masculina. "En los últimos nacionales gané el oro con 12 puntos de ventaja, y lo normal es hacerlo con 0,25, 0,50....1 punto como mucho". A veces se gana, otras se pierde, pero lo importante, dice, es que le dejen participar.
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