Con 15 minutos basta
El Athletic echa de la Copa a un tímido Osasuna con dos goles en el asedio inicial
Al margen de consideraciones futbolísticas, nadie podrá negar que los chicos del Athletic y de Osasuna son, sobre todo, obedientes y disciplinados. Caparrós pidió a los suyos que no se relajaran por el empate a un gol de la ida y Camacho reclamó a los rojillos que no se volvieran locos con la necesidad de hacer un gol. A los cuatro minutos ya había marcado el Athletic y a los 17 conseguía el segundo gol sacando petróleo a un asedio en toda regla a la portería de Ricardo. Osasuna, siguiendo excesivamente al pie de la letra las indicaciones de su técnico, convirtió la prudencia en timidez y los cuidados intensivos de su ánimo en impotencia para llegar al área.
La diferencia entre ambos equipos era descomunal. Diferentes en ritmo con un Athletic jugando dos velocidades por encima del rival; diferentes en intensidad, una faceta que siempre había caracterizado a Osasuna, pero que ayer se encogió como una esponja vieja; diferentes en ambición: el Athletic sueña con la Copa y a Osasuna le quita el sueño la Liga. Todo se manifestó en el partido con máximo rigor. Llorente, por habilidad, y Vélez por velocidad, descosieron a la defensa de Osasuna, absolutamente incapaz de frenar a los dos delanteros rojiblancos. Cruchaga fue una presa demasiado fácil para un tipo como Llorente, en estado de gracia. Por momentos, el duelo entre ambos, por desigual, movía a la compasión.
Athletic 2 - Osasuna 0
Athletic Club: Iraizoz; Iraola, Ocio, Amorebieta, Koikili; Susaeta, Orbaiz, Javi Martínez (Gurpegui, min.46), Gabilondo; Ion Vélez (Toquero, min.65) y Llorente (Etxeberria, min.79).
Club Atlético Osasuna: Ricardo; Javier Flaño, Cruchaga, Josetxo, Oier; Vadocz, Nekounam (Deporte, min.58); Masoud (Pandiani, min.46), Sunny, Jokin (Héctor Font, min.71); y Portillo.
Goles: 1-0, min.15: Gabilondo. 2-0, min.17: Ion Vélez.
Árbitro: Fernández Borbalán (Colegio Andaluz). Expulsó a Delporte, en el minuto 90, por una entrada dura junto a una banda a Susaeta. Además, mostró tarjeta amarilla a los locales Orbaiz, y a los visitantes Masoud, Oier y Vadocz.
Incidencias: Unos 35.000 espectadores en San Mamés. Tarde-noche algo fresca y terreno de juego en buenas condiciones. Partido de vuelta de octavos de final de la Copa del Rey.
Al cuarto de hora, el Athletic había sentenciado la eliminatoria y le había quitado el poco aire con el que Osasuna llegó a Bilbao. Dos goles en tan poco espacio de tiempo no sólo convirtió el marcador en una montaña enorme, sino sumió a Osasuna en una confusión. Un equipo asustado, si además se siente confundido, es un rival demasiado propicio para un equipo en racha. Vélez, un chico con una velocidad endiablada en carreras largas, con un espíritu de sacrificio encomiable, pero con un nivel de resolución bajísimo ante el gol, no pudo romper el partido y la eliminatoria tras una magnífica jugada personal de Llorente.
Sólo en la segunda mitad, comenzó Osasuna a parecerse en algo a sí mismo y a su entrenador. Camacho reordenó la alineación retirando a los dos iraníes (ayer desafortunadísimos, pero necesarios el domingo en el Bernabéu). Por fin se asomó al área rojiblanca (sólo había rematado, o algo parecido, una vez en la primera mitad) y dispuso de un penalti que Portillo lanzó rematadamente mal y malgastó una vez más una pena máxima. Era su oportunidad, la única para engancharse al partido y poner un nudo en la garganta de un Athletic que vivía con comodidad, ya más relajado (ahora sí) viendo pasar los minutos entre el murmullo de un también relajado San Mamés. Poco fútbol y poca suerte son ingredientes que amargan la vida de cualquier equipo. Y ni el fútbol ni la suerte están del lado de Osasuna, que perdió por expulsión a Delporte. Quizá, su peor noticia.
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