El duende regresa a Sevilla
Alves, estandarte de los grandes éxitos del equipo andaluz, vuelve al Pizjuán con la camiseta azulgrana
Pese a su proyección ofensiva y sus alardes técnicos, representa el modelo opuesto al futbolista brasileño. Daniel Alves regresa al Sánchez Pizjuán, su hogar durante los últimos cuatro años, enfundado ahora en la camiseta del Barcelona y con una enorme sonrisa en su rostro. Porque más allá de los diamantes que cuelgan de sus orejas de duende o de su estilo fashion, el nuevo '20' del Barça es un hombre sencillo. Un jugador cuya gran virtud, calidad y potencia física al margen, es su entrega total al trabajo y el culto a su profesión. Atrás queda la estampa remolona de Ronaldinho en los vestuarios del Camp Nou. Las reiteradas ausencias del Gaucho y su alergia a los entrenamientos contrastan con las exhibiciones de su compatriota en cada sesión. Un esfuerzo contagioso que le ha permitido ganarse a sus compañeros, que ven en él al paradigma del talento al servicio del equipo.
Al igual que otros brasileños que han forjado un nombre en el fútbol, Alves procede de una familia humilde, pero sus raíces se encuentran alejadas de las favelas, en una granja de Juazeiro. Allí, en su ciudad natal, colaboraba con su padre en las tareas diarias y aprovechaba las puestas de sol para hacer malabarismos con una pelota en la playa. Las carreras por la arena, su constancia y unas condiciones sobrenaturales con el balón en los pies le permitieron debutar con el modesto Bahía a los dieciocho años, y desde entonces, su progresión fue meteórica. En 2001, durante el Campeonato Suramericano sub'20, los cazatalentos del Sevilla desplazados a Brasil observaron a un joven de juego correoso, eléctrico, que recorría a una velocidad de vértigo la banda. Tal fue la impresión que unos días después de que finalizase el torneo, los emisarios andaluces depositaron una oferta de medio millón de euros irrechazable para el presidente del Bahía.
Alves hizo las maletas sin pensárselo dos veces y abandonó Juazeiro para emular a Cafú, su ídolo y uno de los laterales más carismáticos de la historia del fútbol brasileño. "Tenía la esperanza de que en Europa podría triunfar y alcanzar grandes éxitos. Cuando llegué, éramos un equipo regular, cuyo principal objetivo era seguir en Primera, pero fuimos creciendo y yo, afortunadamente, crecí junto al equipo". El club hispalense, apoyado en un excelente dispositivo de ojeadores, confeccionó una de las plantillas más exitosas del Sevilla y Alves, más maduro, menos atolondrado, se erigió en el líder del conjunto andaluz. Con sus arrancadas, su juego alcalino y un disparo mortífero capitaneó la conquista de dos Copas de la UEFA, una Copa del Rey y una Supercopa de Europa. Como él mismo reconoce, "el Sevilla cambió mi vida", pero tras la marcha de Juande Ramos y movido por su deseo de seguir creciendo, miró lejos del Nervión.
Equipos como el Chelsea o el Real Madrid llamaron a su puerta, pero las elevadísimas pretensiones económicas de Del Nido le hicieron continuar un año más en Sevilla. Alves enseñó los dientes y mostró su disconformidad al presidente sevillista, pero fiel a si mismo, defendió la camiseta hispalense con la misma garra de siempre sin el reproche de la grada del Pizjuán. Sin embargo, la situación cambió un año después. El mandatario andaluz, consciente del final de un ciclo, se desprendió del buque insignia de su equipo a cambio de 35 millones de euros y Alves, embelesado por el juego de ataque del Barcelona, emprendió rumbo a la Ciudad Condal. "Es un monstruo, tanto en la faceta deportiva como en la humana", declara Del Nido. Una opinión que comparte el director deportivo del Sevilla, Monchi, que fue el artífice de su llegada. "Curiosamente, donde se le echa más de menos no es en el campo, sino en el día a día".
"Guardiola, un ganador"
En el Camp Nou, el lateral brasileño se topó con la regeneración de un proyecto plagado de incógnitas y con la figura de un nuevo técnico, Pep Guardiola. "Es un entrenador que desde el primer contacto ha demostrado una ilusión inmensa de ser reconocido como un ganador también en el banquillo. Eso nos transmite una motivación enorme. Hoy no tengo dudas de que lo logrará: Pep tiene una manera de ver el fútbol absolutamente especial. Estoy seguro de que construirá una historia importante dentro del fútbol mundial", afirma Alves, que en el tramo inicial de la temporada ha sido el bastión de la banda derecha del técnico azulgrana. Risueño, hiperactivo y jocoso, ha demostrado una gran complicidad con sus nuevos compañeros, tanto dentro como fuera del terreno de juego. "Para el público del Sevilla va a ser difícil, porque la afición le quiere mucho", reconoce Keita, que también dejó huella en las filas del cuadro andaluz el año pasado.
Por capricho del destino, ambos defienden ahora otro escudo. El centrocampista africano, siempre pragmático, evoca con cariño su etapa sevillista, pero recuerda que "esto es fútbol y si marco lo celebraría. ¿Por qué no? Ahora me debo a otro club en el que estoy muy contento". El carrilero brasileño, en una línea más sentimental, asegura que "volver a Sevilla es especial. No me imagino jugando ahí y menos marcando un gol. Por respeto al club y todo lo que conseguí, si marco no lo celebraré. He vivido cosas bonitas y he crecido allí". Eso sí, remarca que "en el Barça estoy disfrutando muchísimo de estar aquí y voy a tratar de seguir así. Quien quiera ganarnos tendrá que sudar mucho y haré lo posible para ganar". Lo dice Alves. Lo dice un profesional de palabra.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.