Magny Cours, el abismo de Fernando Alonso
Renault, obligada a despertar para no perder al asturiano, aporta mejoras para la cita en casa, que asegura nueva batalla entre BMW, McLaren y Ferrari
Tras dejar en el aire su futuro profesional para el próximo año, Fernando Alonso llega a Magny Cours con la intención de sonreír por primera vez este año, de salir ileso del caos y subirse por primera vez a un podio. Los pronósticos vaticinan otra realidad, la de un Alonso aferrándose al error de sus rivales aspirar a los puntos. Renault sigue experimentando mejoras en el R28, pero la falta de regularidad pone en evidencia las carencias de la marca francesa en cuestiones de fiabilidad técnica. Por ello, la octava prueba del mundial, en casa, será un nuevo punto de inflexión o un paso más hacia el abismo en el currículum de la firma doblemente campeona en 2005 y 2006.
Las evoluciones introducidas en el monoplaza del español en Barcelona, Turquía y Canadá han resultado tan fehacientes como improductivas. Sólo en Istanbul Park Fernando Alonso pudo salvar la cara de la escudería con un sexto puesto (en Montmeló y Gilles Villeneuve los problemas mecánicos forzaron su retirada). Pero nada mejora a la hora de la verdad, y todo sigue siendo demasiado poco para un piloto cuyo potencial se le queda demasiado grande a un coche capaz de aportar nueve puntos en la lucha por el título de corredores.
Alonso, en el Mundial de Fórmula 1 |
Pese a todo, la esperanza renació en Montreal. Si no llegó a cristalizar, fue por el abandono. Alonso tuvo opciones de subir al cajón pero un fallo del equipo obligó al asturiano a arriesgar y finiquitó su carrera con un trompo en la vuelta 45. Es la condena de Renault. No hay otra fórmula, reconoce el asturiano. Si el equipo quiere aspirar a algo esta temporada, Alonso (descartado su compañero Nelsinho Piquet, que no ha sumado ningún punto en lo que va de año) deberá llevar su coche al límite en cada carrera y esperar que un error de sus rivales le catapulte a las primeras posiciones. "Prefiero arriesgar y no acabar que conformarme con eso", confiesa el bicampeón.
Todavía queda trabajo, aunque la imagen haya cambiado. Los últimos test realizados en Montmeló han permitido validar las mejoras aerodinámicas en el R28 para el circuito francés, cuyo asfalto, uno de los más lisos del Mundial, requiere un tratamiento aerodinámico medio-alto para sacar el máximo rendimiento. En Magny Cours, Renault dispondrá de mejoras en el alerón delantero, en la parte trasera del coche y también en el sistema de suspensiones. Pero la alarma ha comenzado a sonar. En Renault ya son conscientes de que si no dan un buen coche perderán a un gran piloto.
Más reñido que nunca
La vuelta a Europa añadirá alicientes al campeonato este fin de semana. La victoria de Robert Kubica, la presión de Hamilton y la necesidad de Ferrari auguran, si cabe, una carrera más reñida que las anteriores. El liderato, ahora en posesión del polaco de BMW, no ha sentado bien en las dos firmas hasta ahora más punteras, McLaren y Ferrari. Kubica manda ahora con cuatro puntos de ventaja sobre Hamilton y Massa, y siete sobre Raikkonen, que no sube a lo más alto desde el Gran Premio de España.
Díficl lo tendrá el pupilo de Ron Dennis, también Nico Rosberg, ambos sancionados con diez puestos de retraso por el choque múltiple con Raikkonen en el Gran Premio de Canadá. El semáforo impedía a los monoplazas volver a pista y Hamilton se empotró con el Ferrari, arruinando su carrera y la del finlandés. Los comisarios fijaron que retrasar la posición del inglés en la próxima carrera sería una sanción justa.
El recuerdo del choque que protagonizó Hamilton con el finlandés planeará de nuevo sobre casa de Renault. Allí dominó el de Ferrari una carrera que acabó con doblete rojo. Massa fue el único que pudo seguir la estela de Iceman, dejando a Hamilton y Kubica a 30 y 40 segundos de distancia, respectivamente. Esta vez, Raikkonen necesita un correctivo; por eso, si no hay sobresaltos, la de 2008 será más ajustada, con más aspirantes y más lucha. Por delante la de BMW con Ferrari y McLaren. Más atrás, la de Renault con Red Bull, Toyota y Williams. Pero pocas son las carreras sin sorpresas.
El año pasado, Alonso concluyó séptimo. Esta temporada, una séptima plaza significaría terminar únicamente por detrás de los tres equipos punteros y por delante de sus rivales en la parte media. No querrán la suerte o la presión ese devenir, y sólo los resultados decidirán si Magny Cours fue el reencuentro o la ruptura de Renault con Alonso.
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