El Grupo Dunas reencuentra la senda del triunfo
Los canarios rompen la racha del Menorca
El Gran Canaria Grupo Dunas se reencontró con el triunfo ante uno de sus equipos talismán de la ACB, ViveMenorca, al que le ha ganado los cinco partidos de Liga que ha disputado, tres de ellos como anfitrión, y éste último con un festival ofensivo. La victoria amarilla supone una gran bocanada de oxígeno para un equipo tocado por su tempranera eliminación en la lucha por una plaza en la Copa del Rey, una cita a la que no había faltado en las últimas temporadas.
El conjunto que prepara Salva Maldonado protagonizó un arranque de partido muy frío, quizás bastante contagiado por un vacío graderío -las 11.30 en un día de Reyes no parecía el horario más apropiado-, y los baleares dominaron con el buen trabajo de Chris Moss. Sin embargo, el equipo que entrena Ricard Casas -cumplió hoy su partido 200 en la ACB- no pudo despegarse más de cuatro puntos en su mejor momento (12-16), y los anfitriones no tardaron en empatar el choque con una penetración de Marcus Norris y un mate de Savané.
En el segundo cuarto, Norris cambió la intensidad del enfrentamiento al meter una marcha más en la dirección del juego amarillo. Además, Roberto Guerra reivindicó un mayor protagonismo, y English aportó serenidad y puntos en los momentos más apropiados. El cuadro balear, que venía de ganar al AXA Barcelona, intentó contener la ofensiva amarilla con el gigante Ratko Varda, pero el Gran Canaria avisó de sus intenciones con un parcial 7-0 (30-24).
Un triple de Jesús Fernández pareció oxigenar la crisis ofensiva foránea, pero esa canasta fue un espejismo porque el Grupo Dunas siguió creciendo en su rendimiento y, gracias a una sólida defensa, firmó un final de cuarto espectacular. Así, un 10-0 amplió su renta hasta los trece puntos al descanso (49-36). En la reanudación, el Gran Canaria alcanzó los diecinueve puntos (61-42), pero se atascó ante una defensa zonal decretada por Ricard Casas; y el ViveMenorca, con Moss y Varda en la cancha, asustó al recortar distancias hasta sólo nueve puntos (67-58). Cuando peor jugaba el equipo grancanario, un triple de Roberto Guerra -no jugó un minuto en los dos partidos anteriores- devolvió la inspiración a los canarios.
Savané y Freeland elevaron el parcial hasta un 9-0 en el inicio del cuarto final (76-58), y el cuadro local se aseguró la victoria cuando su ventaja alcanzó los veinte puntos tras un mate del pívot inglés: 81-61, en el minuto 35. En la recta final, un rosario de faltas en ataque impidió a los anfitriones alcanzar una victoria aún más abultada, mientras que Mario Stojic se encargó de maquillar los números de su equipo.
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