Se busca entrenador de fútbol para las "rosas de acero"

Cuando falta menos de 300 días para que empiecen los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, el banquillo de la selección de fútbol femenino china tiene una vacante en el puesto de técnico. Aunque la prensa especializada liga el abandono de la sueca Marika Domanski al frente del equipo por la excesiva injerencia de las autoridades en su labor, la ex entrenadora alegó la lejanía de sus familias y la imposibilidad de acostumbrarse a la gastronomía china como los motivos de su marcha. Desde entonces el equipo se encuentra sin guía ni cuerpo técnico.

Desde la celebración de los Juegos en Atenas, en 2004, el puesto de técnico ha sido un continuo baile de candidatos. Hasta cinco entrenadores se han sentado en él, saliendo al poco tiempo incluso envueltos en polémicas en algunos casos. Conscientes del quebranto que supone la contratación de un nuevo técnico ante los cada vez más inminentes JJOO, las autoridades chinas trataron sin éxito de convencer a Domanski de que continuase en el cargo, aunque finalmente se plegaron a la intransigencia de la sueca, que entre otras cosas pedía una asistente que hablase inglés.

La Asociación China de Fútbol ya maneja una lista de exigencias para los futuros candidatos, que "deberán tener experiencia con equipos grandes y un estilo de entrenamiento que se amolde al carácter general del equipo", según ha explicado Meng Hongtao, miembro de la Asociación.

Apodadas las "Rosas de acero", las jugadoras de la selección china consiguieron el subcampeonato del mundo en 1999 y la medalla de plata en los JJOO de Atlanta 1996. Hoy, el único gran objetivo del fútbol femenino chino son los Juegos, pero ni tienen entrenador ni les sobra el tiempo.