Portugal cree en los milagros

Portugal rozó la clasificación directa para la segunda fase del Europeo ante un desfondada Letonia pero le faltaron cinco puntos para sellar ese ansiado pasaporte de forma directa y dejó su futuro y el de los bálticos en suspenso hasta el final del encuentro entre España y Croacia.

Los bálticos confirmaron lo que la selección española sabía desde hace tiempo, que todos los equipos a los que se enfrente van a vaciarse sobre el parque con tal de decir que han ganado a los campeones del mundo. Con ese propósito se dejó la vida Letonia el martes por la noche en el Pabellón San Pablo de Sevilla. El miércoles, contra Portugal, no podía con las botas. Y eso que los lusos sólo manejaban una opción de poder colarse en la siguiente ronda. Una opción poco probable, pero factible. Ganar y esperar que Croacia también lo hiciese ante España.

Los portugueses hacen gala de un amor propio y de un compromiso a prueba de bomba. Encontraron la versión en negativo de la Letonia que compitió de tú a tú con España en la víspera y fueron a por el partido sin dudarlo un segundo. Vamos, que en el descanso controlaban el marcador (28-24)y, a poco más de dos minutos para el final del tercer periodo, dominaban la situación (45-42). A los letones se les notaba el rictus de desconcierto a distancia. Todo lo que les entró en el aro español pasó por fuera del luso.

Durante la primera parte necesitaron doce intentos desde los 6,25 para anotar dos triples. Un día antes habían hecho el doble con sólo siete lanzamientos en el primer cuarto. También perdieron efectividad defensiva y, junto con ella, poder reboteador. Osea, que Portugal estaba casi obligada a ganar. Mucho más después del cuatro de dieciocho en triples que los letones marcaban al final del tercer periodo, en cuya recta final los hombres de Valentyn Melnychuk concretaron sus mejores porcentajes de tiro y la superioridad en el rebote para soñar con un pasaporte a Madrid (55-44).

Letonia perdía por diecisiete en la salida del último cuarto (61-44 m.31). Es decir, que Portugal estaba dentro de la segunda fase porque con quince tantos de ventaja se aseguraba el pase al margen de lo que sucediese posteriormente entre españoles y croatas. A falta de acierto en el tiro y de claridad de ideas, la intensidad defensiva alivió a los bálticos (64-55 m.35), a quienes les bastaba imponerse por un punto para viajar a Madrid. Una derrota de hasta catorce les dejaba a expensas del último partido del grupo, igual que a los portugueses.

El desenlace enredó a todos en una lucha a brazo partido por la diferencia. A dos minutos y medio del final podía suceder cualquier cosa (69-59). Un minuto más tarde, Portugal seguía más cerca de su objetivo que Letonia (73-61), que ya sólo pensaba en evitar un marcador que le dejase fuera de combate directamente. Los letones acertaron a transformar un par de triples y evitaron que Portugal consiguiese el margen que le daba el pase directo, así que los dos equipos terminaron encomendándose al resultado del España-Croacia.