El descenso, cosa de cuatro
Este fin de semana cuatro equipos se juegan la temporada
Con el Levante virtualmente salvado después de su agónica victoria de la jornada pasada en Santander, una derrota de la Real Sociedad en casa ante el Racing puede llevar al conjunto vasco a la categoría de plata del fútbol español. Lo que conllevaría, por consiguiente, la salvación inmediata de Athletic y Betis aunque salgan derrotados en sus respectivos duelos frente a Villarreal y Osasuna. La única vía de salvación para el conjunto que entrena Lotina es la victoria en los dos partidos que restan y que ni Athletic ni Betis consigan los tres puntos en uno de estos últimos dos encuentros. El Celta, por su parte, tampoco depende de sí mismo ya que se encuentra en una situación muy semejante a la de la Real Sociedad.
La gran temporada que realizó el Celta el pasado año parecía refrendarse en la actual campaña, sobre todo tras la importante victoria del conjunto gallego en el feudo del Real Madrid. El trabajo de Fernando Vázquez empezó a cuestionarse de forma unánime entre la afición y los directivos vigueses tras una mala racha de resultados que hacían caer al equipo a los puestos complicados de la tabla. Se recurrió entonces a una solución de emergencia: Hristo Stoichkov. La apuesta tenía acento búlgaro y un carácter a prueba de bombas, pero el ex jugador del Barcelona no ha sabido inculcar su forma de ser a sus pupilos y el Celta se hunde cada vez más en la tabla sumando además el plomo psicológico del pesimismo sobre sus tobillos. Aún hay solución, pero es posible que el remedio búlgaro (Stoichkov) haya sido peor que la enfermedad gallega (Vázquez).
El descenso del conjunto donostiarra se antojaba más que previsible desde los primeros partidos de Liga. El equipo que entrenaba por aquel entonces José María Bakero no levantaba cabeza y ya en la jornada 7 el técnico vasco fue destituido. Su sustituto fue Lotina, un hombre milagro, que ya había salvado al Espanyol del descenso en la última jornada la temporada anterior. El gran rendimiento del extremo brasileño Savio, adquirido en el mercado invernal (como ya se hizo el pasado año con Mark González) ha ayudado a creer en el milagro a los aficionados realistas, pero la última derrota en Pamplona ha sumido a la Real Sociedad en una depresión de la que parece que ni Lotina puede despertarles. Un descenso anunciado, por lo tanto, pero estando Lotina...
Una victoria le basta al Athletic de Bilbao en las jornadas que restan para seguir siendo uno de los pocos equipos de la Liga española que no ha militado nunca en la segunda división. La temporada convulsa de los 'leones' tuvo su punto más álgido en pretemporada cuando Clemente fue destituido por desavenencias con Lamikiz que apostó por Félix Sarriugarte, quien, a su vez, fue 'sustituido' en la jornada 12. Es más que previsible que el Athletic se salve, pero la actual campaña ha movido los cimientos de este 'rígido club' que ha visto pasar en sólo una temporada a tres entrenadores (Clemente, Sarriugarte y Mané) y dos presidentes ya que Urquijo dejará su puesto a final de temporada.
Ilusión. Así es como afrontaba el abonado bético la llegada de Javier Irureta a Sevilla el mismo año que se celebraba el centenario del club. El técnico vasco aceptó el reto de dirigir al Real Betis Balompié sabiendo que tanto la afición como los medios de comunicación le iban a juzgar por sus méritos anteriores y le iban a pedir que repitiese su gesta gallega ya que convirtió al Deportivo de la Coruña en uno de los clubes más importantes del país. Pero la marcha de Oliveira y sobre todo la de Joaquín cuando ya finalizaba la pretemporada dejó al club verdiblanco sin su principal referente futbolístico, aunque Lopera, máximo accionista del club, adquiriera en su lugar a jugadores de renombre internacional, como el rápido alemán Odonkor, el técnico suizo Vogel o el habilidoso brasileño Sobis. La situación se hacía cada vez más complicada e Irureta dimitió tras la victoria ante el Ginmástic, justo la última jornada antes del obligado parón navideño. En su lugar, se contrató a Luis Fernández, un entrenador-espectáculo, un hombre que es, sin lugar a dudas, la antítesis del denostado Irureta. Las polémicas actuaciones arbitrales en las últimas jornadas y las consiguientes protestas de los directivos béticos que veían la mano negra de Villar detrás de los colegiados han marcado el rumbo final de un equipo que el año que viene contará de nuevo con Lopera como presidente, esté o no en la categoría de oro.
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